Estado Islámico: origen, influencia y atentados recientes

Las luchas por el territorio con Al-Qaeda y la vinculación con las agencias de inteligencia occidentales son datos poco conocidos de estas organizaciones extremistas

El Estado Islámico, conocido también como EI, ISIS, o ISIL, surgió como una facción disidente de Al Qaeda en Irak, evolucionando bajo el liderazgo de Abu Bakr al-Baghdadi. En 2014, proclamó un califato tras ocupar vastos territorios en Siria e Irak. Según apunta el Diario de Chihuahua, su interpretación extrema del Islam condujo a crímenes atroces contra minorías religiosas y musulmanes que no seguían sus rígidas normas. Aunque fue territorialmente derrotado en 2019, la organización ha demostrado resiliencia, operando como una red dispersa que busca resurgir.

Vínculos difusos con EE UU e Israel

Algunos analistas y académicos han señalado vínculos entre el Estado Islámico y actores estatales como Estados Unidos e Israel, basándose en datos y eventos históricos. Según estas perspectivas, el apoyo de Estados Unidos a grupos yihadistas durante la guerra afgano-soviética en los años 80, así como el presunto entrenamiento de milicias en Siria por contratistas occidentales, habrían sentado las bases para el surgimiento de organizaciones como el EI.

Por otro lado, algunos documentos desclasificados y grabaciones sugieren que Israel pudo haber brindado apoyo logístico a grupos vinculados al yihadismo en Siria, como una estrategia para debilitar al gobierno de Bashar al-Assad. Si bien es cierto que estas organizaciones nunca han atacado al estado judío y mantienen un largo historial de operaciones comunes en sus zonas de influencia, no existe consenso académico sobre su vinculación directa, si bien los hechos reflejan la complejidad de las dinámicas geopolíticas en la región y la multitud de interpretaciones contradictorias sobre la evolución del terrorismo en Oriente Medio.

Simbología

La bandera del Estado Islámico, un diseño negro con texto árabe blanco, representa un principio central de la fe islámica. Sin embargo, para millones de musulmanes, sus actos violentos son una distorsión grave de la religión que buscan representar.

Aunque debilitado en el Medio Oriente, el EI se ha consolidado como una marca de extremismo, inspirando a grupos afiliados y a “lobos solitarios” en diversos países. Sus aliados han perpetrado ataques letales, como el atentado en un teatro de Moscú en 2024, que dejó alrededor de 130 muertos.

Presencia actual

El ataque en Nueva Orleans el 1 de enero de 2025, donde un hombre presuntamente vinculado al Daesh mató a 15 personas, supone el caso más reciente de los que se atribuyen al grupo. En la última década, han causado otros incidentes graves, como la masacre de San Bernardino (2015) y el ataque al club nocturno Pulse en Orlando (2016), evidenciando cómo el grupo utiliza su ideología para radicalizar a individuos en Occidente.

El Estado Islámico mantiene presencia en línea, celebrando actos de terror y buscando expandir su ideología. Si bien sus a acciones han disminuido en los últimos años en comparación a las de otros grupos fundamentalistas, el FBI y otras agencias internacionales monitorean de cerca sus actividades y las de sus afiliados, ante una amenaza latente de terrorismo global.