La endometriosis extrapélvica es una forma poco común de endometriosis. Se produce cuando el tejido que normalmente recubre el interior del útero crece en otras partes del cuerpo. Esto puede incluir los pulmones, los intestinos, los riñones, el diafragma, el ombligo o incluso los nervios. Aunque es rara, menos del 1 % de los casos de endometriosis, sus efectos pueden ser severos.
Este tejido sigue respondiendo a las hormonas del ciclo menstrual. Por eso, puede inflamarse, sangrar y causar dolor fuera de la pelvis. Los síntomas suelen aparecer de manera cíclica, coincidiendo con la menstruación. Entre ellos se encuentran dolor torácico, tos con sangre, dolor abdominal, hematuria (sangre en la orina) y nódulos dolorosos en el ombligo o cicatrices.
El principal problema es que estos signos se confunden con otras enfermedades, como infecciones urinarias, problemas digestivos o pulmonares. Por eso, muchas mujeres esperan años antes de recibir un diagnóstico correcto. Reconocer el patrón cíclico del dolor es clave para no retrasar la atención médica y prevenir complicaciones graves, como obstrucción intestinal o daño renal, según ha publicado el EXCELSIOR.
Detectar la endometriosis extrapélvica no es sencillo. Se requiere una combinación de historia clínica, estudios de imagen y, en muchos casos, confirmación quirúrgica. El ultrasonido especializado y la resonancia magnética ayudan a localizar las lesiones. En sospechas torácicas o urinarias se puede recurrir a tomografía computarizada, cistoscopia o broncoscopia. La laparoscopia suele ser el método definitivo, permitiendo observar y, a veces, tratar las lesiones al mismo tiempo.
El tratamiento varía según la ubicación de las lesiones, la intensidad del dolor y los planes reproductivos de la paciente. Existen opciones médicas, como anticonceptivos hormonales o moduladores de GnRH, para controlar los síntomas. La cirugía se reserva para casos graves o con riesgo de complicaciones. Lo más eficaz es un enfoque multidisciplinario, donde ginecólogos, urólogos, cirujanos torácicos y especialistas en dolor trabajen juntos.
Además del impacto físico, esta enfermedad afecta la vida emocional, laboral y social de quienes la padecen. La concienciación y la educación sobre el dolor menstrual son fundamentales. Cada diagnóstico temprano representa un paso para mejorar la calidad de vida de las mujeres y reducir años de sufrimiento silencioso.