Según el Dr. Andrew O. Agbaje, la actividad física desde una edad temprana puede ser eficaz para revertir el efecto del colesterol alto
Un nuevo estudio publicado en The Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism revela que los niños que carecen de actividad física podrían enfrentar graves problemas de salud cardiovascular en la mediana edad, e incluye un mayor riesgo de infarto de miocardio o ictus.
Investigadores de la Universidad de Finlandia Oriental analizaron datos del Estudio Longitudinal Avon de Padres e Hijos, enfocándose en la relación entre la inactividad física infantil y los niveles de colesterol elevados en la adultez temprana. Descubrieron que el sedentarismo en la infancia contribuye significativamente al aumento del colesterol en hasta un 70%, lo que podría desencadenar problemas cardíacos en la cuarentena.
Actividad física ligera como clave para contrarrestar el impacto negativo
Según el Dr. Andrew O. Agbaje, autor del estudio, “la actividad física ligera desde la infancia puede ser de 5 a 8 veces más eficaz que la actividad física de moderada a vigorosa para revertir el efecto adverso del sedentarismo sobre el colesterol alto”.
El estudio también destacó que realizar actividad física ligera durante 3-4 horas al día puede ser una estrategia efectiva para reducir los niveles de colesterol alto y prevenir problemas cardíacos en la vida adulta. Además, la investigación reveló que la actividad física de moderada a vigorosa, aunque beneficiosa, se asoció únicamente con una reducción del colesterol total.
Cambios en el tiempo sedentario y sus consecuencias
Los investigadores observaron un aumento del tiempo sedentario de aproximadamente 6 horas al día en la infancia a 9 horas al día en la adultez temprana, lo que contribuye significativamente al aumento general de los niveles de colesterol.
A medida que los niños pasaban a la adultez joven, el tiempo sedentario aumentaba, mientras que la actividad física ligera disminuía. Estos cambios en los patrones de actividad física se asociaron directamente con alteraciones en los niveles de colesterol, lo que señala la importancia crucial de abordar la inactividad física desde una edad temprana para prevenir problemas cardíacos en el futuro.
En resumen, este estudio subraya la necesidad urgente de promover la actividad física desde la infancia como una medida crucial para reducir los riesgos de enfermedades cardíacas en la edad adulta. La inactividad física infantil, según los hallazgos, podría ser un factor de riesgo significativo que contribuye a problemas cardiovasculares, y abordar este problema podría tener un impacto positivo en la salud a largo plazo.