Los investigadores analizaron los datos de más de 570 féminas posmenopáusicas que tomaban estatinas para controlar su colesterol
El riesgo cardiovascular de una mujer puede aumentar bruscamente tras la menopausia, ya que se pierden los efectos protectores de los estrógenos y alcanza rápidamente al de los hombres de edad y perfil de salud similares, según los nuevos resultados presentados en la Sesión Científica Anual del Colegio Americano de Cardiología.
Así, el nuevo estudio subraya la importancia de reconocer y abordar las señales tempranas de advertencia del riesgo de cardiopatía en las mujeres a medida que pierden los efectos protectores de los estrógenos tras la menopausia.
“Se trata de una cohorte de estudio única, formada únicamente por usuarias posmenopáusicas de estatinas, que indica que el riesgo de cardiopatía de las mujeres posmenopáusicas puede ser equiparable al de los varones”, afirma la médico internista del Centro Médico Harbor-UCLA de Torrance (California) y autora principal del estudio, la doctora Ella Ishaaya.
“Las mujeres están infraexaminadas e infratratadas, sobre todo las posmenopáusicas, que tienen un aluvión de nuevos factores de riesgo que muchas desconocen. Este estudio aumenta la concienciación sobre cuáles son esos factores de riesgo y abre la puerta a indicar la importancia de aumentar el cribado del calcio arterial coronario (CAC)”, añade.
Fases del estudio
En el estudio, las mujeres posmenopáusicas se sometieron a escáneres cardíacos para evaluar su puntuación de CAC, una medida de la acumulación de placa -grasa, calcio y otras sustancias- en las arterias del corazón. Los niveles de CAC se evalúan mediante una exploración rápida y no invasiva similar a una radiografía. Una puntuación CAC más alta indica un mayor riesgo de sufrir un infarto de miocardio u otros eventos cardiacos.
Los investigadores analizaron los datos de 579 mujeres posmenopáusicas que tomaban estatinas para controlar su colesterol y se habían sometido a dos escáneres de CAC con al menos un año de diferencia. Las participantes no padecían ninguna enfermedad cardiaca en el momento de la primera exploración. Para comparar los cambios del CAC en hombres y mujeres, se emparejó a cada participante femenina con un varón de perfil similar en cuanto a edad, raza, uso de estatinas, presión arterial y estado diabético.
Los investigadores dividieron a los participantes en tres grupos con niveles de CAC de 1-99, 100-399 y 400 o superiores al inicio del estudio. Entre el primer y el segundo escáner cardiaco, las mujeres con un CAC basal de 1-99 experimentaron un aumento medio de ocho puntos, el doble de la media de cuatro observada en sus homólogos masculinos. Del mismo modo, las mujeres con un CAC basal de 100-399 experimentaron un aumento medio de 31 puntos, aproximadamente el doble de la media de 16 observada en los varones. No hubo diferencias significativas entre los sexos en el caso de las mujeres con un CAC basal de 400 o más.
Resultados del estudio
Los resultados sugieren que la acumulación de placa se acelera en las mujeres posmenopáusicas en comparación con los hombres, lo que indica que muchas mujeres experimentan un aumento pronunciado del riesgo de problemas cardiacos. Según Ishaaya, es probable que esto esté relacionado con la disminución de estrógenos que experimentan las mujeres durante la menopausia. Se sabe desde hace tiempo que el estrógeno tiene un efecto protector sobre la salud cardiaca, pero los investigadores señalan que muchas mujeres e incluso muchos médicos no son conscientes de lo que significa perder esa protección durante la menopausia.
“Después de la menopausia, las mujeres tienen mucho menos estrógeno y adoptan un perfil más rico en testosterona”, explica Ishaaya. “Esto afecta a la forma en que el cuerpo almacena la grasa, dónde la almacena y la forma en que procesa la grasa; incluso afecta a la forma en que se coagula la sangre. Y todos esos [cambios] aumentan el riesgo de desarrollar cardiopatías.”
Las cardiopatías son la principal causa de muerte tanto en hombres como en mujeres, pero el riesgo cardiovascular femenino ha sido tradicionalmente infratratado porque las mujeres tienden a desarrollar cardiopatías a una edad más avanzada que los hombres y pueden experimentar síntomas diferentes y a veces más sutiles.
Basándose en estos resultados, los investigadores sugirieron a las mujeres posmenopáusicas que hablaran con su médico sobre los factores de riesgo de cardiopatía y realizaran un seguimiento de las pruebas o controles recomendados. Más mujeres podrían beneficiarse de las exploraciones cardiacas en comparación con el número de mujeres que las reciben en la actualidad, señala Ishaaya.
Dado que todas las mujeres del estudio tomaban estatinas, pero aún así muchas experimentaron un aumento sustancial del CAC, los resultados también pueden indicar que las estatinas no son suficientes para mantener bajo control la acumulación de placa en esta población, apunta Ishaaya. Los estudios futuros podrían investigar la eficacia de las estatinas u otros tratamientos para reducir la carga de placa en las mujeres posmenopáusicas.