Las regiones que registran los pago más encarecidos son Islas Baleares, Madrid y País Vasco, mientras que las más baratas son Extremadura, Castilla – La Mancha y Castilla y León
El precio de la vivienda de segunda mano en España aumentó en abril un 10,88% con respecto al mismo mes de hace un año, llegando hasta a los 2.266 euros por metro cuadrado, lo que supone también un incremento del 1,55% respecto a marzo, según pisos.com.
El portal avisa de que “el encarecimiento está lejos de apaciguarse”. Las regiones donde los precios de la vivienda son más caros son las Islas Baleares (4.392 euros/m2), Madrid (4.118 euros/m2) y País Vasco (3.130 euros/m2), y las más baratas Extremadura (841 euros/m2), Castilla-La Mancha (910 euros/m2) y Castilla y León (1.255 euros/m2).
A nivel provincial, los incrementos más pronunciados en tasa interanual se han localizado en Lleida (19,78%), Madrid (19,66%) y Málaga (19,49%). Las bajadas más relevantes las han registrado Zamora (-5,17%), Ourense (-2,66%) y Ávila (-0,83%).
Cuatro capitales superaron la barrera del 20%: Madrid (26,30%), Huesca (22,55%), Málaga (21,77%) y Valencia (21,17%).
Capital más cara y la más asequible
La capital más cara para vivir fue Donostia-San Sebastián, con 6.606 euros por metro cuadrado. Por detrás se han situado Madrid (5.761 euros/m2) y Barcelona (4.761 euros/m2). De su lado, Jaén fue la más asequible, con un precio de 1.132 euros por metro cuadrado.
“La guerra hipotecaria iniciada por los bancos en previsión de una posible bajada de tipos después del verano está acelerando la compraventa”, advierte Ferran Font, director de Estudios de pisos.com, al tiempo que avisa de que incrementar la oferta es la “única solución” que podría mejorar la accesibilidad al mercado inmobiliario.
El último informe del Banco de España estimaba que España acumulará un déficit de 600.000 viviendas nuevas en 2025, erigiéndose en los países con una demanda insatisfecha no solo por el limitado presupuesto de aquellos que quieren acceder a una vivienda, sino también porque, a pesar de ser solventes, no encuentran una respuesta en el mercado actual.