Cientos de personas se reúnen para rendir homenaje al obispo Marcelo Pérez Pérez, asesinado tras oficiar una misa en la parroquia del barrio de Cuxtitali
El cardenal Felipe Arizmendi Esquivel describió durante una ceremonia en Chiapas (México) al sacerdote Marcelo Pérez Pérez como “un sacerdote extraordinario, servidor siempre del pueblo”, destacando su fidelidad a la Iglesia y su dedicación a las comunidades indígenas.
Arizmendi, quien ordenó a Pérez en 2002, resaltó la profunda conexión del sacerdote con el pueblo y su labor como constructor de la paz en la región. Ante el asesinato del padre Pérez, el cardenal expresó su indignación por la situación de violencia en el país: “Que no digan que México está bien, por favor”.
En la misa de cuerpo presente realizada en el parque central de San Cristóbal de las Casas, Arizmendi recordó la trayectoria de Pérez como uno de los primeros sacerdotes indígenas de la diócesis, describiéndolo como “un regalo de Dios” y de los tzotziles para la Iglesia.
Violencia y grupos criminales
Durante una conferencia de prensa, Arizmendi señaló que la violencia en Chiapas ha empeorado en los últimos años, agravada por la presencia de varios grupos criminales. “La violencia ha provocado una crisis en el país, eso significa que el país está en descomposición”, advirtió el cardenal.
Además, Arizmendi hizo un llamado urgente a las autoridades para desarmar a los grupos criminales que operan en México, señalando que la gente “no va a hacer denuncias porque se juega la vida”. Instó a implementar una estrategia inteligente para desarmar y desarticular a estos grupos, recalcando que el país necesita una solución urgente y eficaz ante el creciente problema de violencia.
El asesinato de Marcelo Pérez
El obispo Rodrigo Aguilar Martínez también participó en la ceremonia, calificando como “terrible” el asesinato del padre Marcelo Pérez. Pérez fue asesinado tras oficiar una misa en la parroquia del barrio de Cuxtitali. El obispo enfatizó la importancia de que su muerte no quede impune y destacó la promesa de las autoridades de hacer justicia en el caso.
A pesar del trágico asesinato, el obispo Aguilar expresó esperanza en la vida eterna y la paz que inspirará la muerte del sacerdote. “La vida del padre Marcelo ha terminado en lo humano, pero esperamos… que crecerá la paz en muchas personas”, afirmó, subrayando el impacto duradero que el sacerdote tendrá en las comunidades.
Cientos de tzotziles se despidieron de Pérez Pérez en una emotiva ceremonia, mientras su cuerpo será inhumado en el templo de San Andrés. La comunidad mostró su gratitud por su servicio, ofreciendo ofrendas a su familia y rindiendo homenaje a un hombre que dedicó su vida a servir a los demás.