El Ministerio Fiscal y la acusación particular se reafirman a la hora de pedir la prisión permanente revisable, además de 15 años de prisión por agresión sexual
El acusado y autor confeso de la muerte de Khawla, una niña de 14 años cuyo cuerpo fue encontrado en febrero de 2022 en las ruinas de la Iglesia de Santo Domingo, tomó la palabra al final del juicio con jurado que se celebra desde el lunes en la Audiencia de Jaén para pedir perdón tanto a la familia de la menor como a la suya propia por haber hecho “una cosa increíblemente estúpida y peligrosa”.
El pasado lunes, durante su declaración en el juicio, en ningún momento se mostró arrepentido o pidió perdón. Sin embargo, el pasado miércoles, cuando el magistrado que preside el tribunal con jurado le ofreció la posibilidad de añadir algo a todo lo dicho, Nazzaryn N. N., de 25 años, sí quiso tomar la palabra.
“Solo quiero pedirle perdón primero a mi familia y a mi madre, a la que he hecho sufrir mucho, y especialmente a la familia de Paula, a su madre y a su hermano”, dijo el acusado. “Nunca fue mi intención hacerle daño, pero hice una cosa increíblemente estúpida y peligrosa y me arrepiento muchísimo. Lo siento, de verdad. Eso es todo”, concluyó Nazzaryn antes de ser conducido a la prisión.
El jurado recibe el objeto del veredicto
Los nueve miembros que conforman el jurado, cinco hombres y cuatro mujeres, están citados este jueves, a las 10:00 horas, para recibir el objeto del veredicto, un cuestionario elaborado por el magistrado presidente al que deberá contestar el tribunal popular y que pondrá nombre al delito o delitos por los que finalmente se vaya a condenar al acusado. Será a partir de recibir el objeto del veredicto cuando los miembros del jurado deberán entregar sus móviles y retirarse a deliberar hasta que respondan a todo el cuestionario.
Una vez se lea el veredicto y ya en sentencia, será el magistrado presidente el que decida la pena, en virtud de lo estimado por el jurado y de la petición que hayan realizado las diferentes partes.
En este caso, tanto el Ministerio Fiscal como la acusación particular se han reafirmado a la hora de pedir la prisión permanente revisable, además de 15 años de prisión por agresión sexual. A ello se le suma una indemnización de 480.000 euros para la familia de la menor. Es la primera vez que desde la Fiscalía de Jaén se pide prisión permanente revisable.
La fiscal pide al jurado que no tiemble el pulso
Por su parte, la defensa, que ha pedido que se tenga en cuenta el atenuante de confesión en los dos delitos, ha solicitado una pena de cuatro años de cárcel por homicidio imprudente y otros cinco meses de prisión por profanación de cadáver. La defensa ha subrayado que fue el acusado el que al poco de haber matado a la niña llamó al 112 para comunicar lo que había hecho y señalar que esperaría a la policía a la entrada de la Fortaleza de la Mota.
En la fase de informes, la fiscal se ha dirigido al jurado para pedir a sus miembros que no les tiemble el pulso a la hora de emitir un veredicto de culpabilidad para el acusado porque “si saliera de la cárcel probablemente volvería a hacer lo mismo”.
De hecho, tal y como ha recordado la acusación particular, condenaron a Nazzaryn cuando tenía 15 años por intentar agredir sexualmente a una mujer. Tras la muerte de Khawla, encontraron archivos de pornografía infantil en una carpeta digital con el nombre de “para comercializar”. Aunque ninguna de estas dos cuestiones forma parte de la causa enjuiciada en la Audiencia de Jaén, la defensa lo ha hecho constar.
“Psicópata”: así definen las forenses al autor confeso de la muerte de Khawla
Las forenses determinan que Khawla fue estrangulada y violada antes de morir. Además, tras el examen del acusado y autor confeso de la muerte, determinaron que se trata de una persona que padece un “trastorno antisocial de la personalidad”, lo que lo define como un “psicópata”.
La fiscal durante los informes finales ha incidido en que la muerte de Khawla no fue accidental por someterse al juego de la asfixia como mantiene el acusado. “No es posible matar a una persona por asfixia sin querer y sin darse cuenta por mucho que quiera el acusado”, ha manifestado la fiscal, que ha recordado que, tal y como han indicado los forenses, la niña perdería el conocimiento a los 30 segundos, pero su muerte no se produciría hasta pasados entre cuatro y cinco minutos, que fue el tiempo que le apretó el cuello con sus manos.
Asimismo, ha defendido que se trató de un asesinato alevoso puesto que la menor no tuvo ninguna posibilidad de defenderse en ese momento y el acusado ejerció “una anulación completa” de cualquier posibilidad de defensa.
Una muerte agónica a manos de un psicópata
“Fue una trampa para ella, la metió en la boca del lobo, no tenía ninguna escapatoria”, ha subrayado la fiscal que ha puesto el acento en que la niña, tal y como han explicado los forenses, tuvo una muerte “agónica” a manos de una persona que era “plenamente consciente de lo que estaba haciendo y a la que no le importaban las consecuencias de sus actos”.
“La actitud del acusado le costó la vida a una niña de 14 años. Quiero pedirles que no le tiemble el pulso. Si saliera de la cárcel probablemente volvería a hacer lo mismo”, ha concluido el Ministerio Público.
Por su parte, el abogado de la acusación particular, Juan José Moreno, ha mantenido que lo ocurrido a Khawla fue “un crimen asqueroso” que responde a “un plan premeditado”.
“Este señor bajo un plan premeditado asesinó a aquella niña y lo hizo tras haberla violado”, ha dicho el abogado de la familia que ha definido al acusado como “un auténtico psicópata de manual”.
Por último, desde la defensa, el abogado de turno de oficio Tomás Manuel Rodero, ha pedido al jurado “un veredicto proporcional”, al tiempo que ha rechazado que la muerte de la menor concurra una premeditación alevosa. Para su defensa, lo ocurrido corresponde a un delito de homicidio imprudente por el que debe ser condenado el acusado, al igual que por la profanación de cadáver, ya que consideran que la violación se produjo cuando la menor ya había fallecido.