La advertencia de Orfelio Ulises Herrera fue clara: debía esperar 30 años para difundir el mensaje sobre ese símbolo-objeto que cambiaría su vida
El profesor Guillermo Alfredo Terrera, sociólogo, historiador, antropólogo y lingüista, era un hombre culto que admiraba el nazismo esotérico. A lo largo de los años, Terrera fue reforzando en sus libros y charlas la aureola mítica del cerro Uritorco, -ubicado en la provincia de Córdoba, en Argentina- y los pergaminos que exhibía eran, para algunos, irrefutables: Terrera era el depositario del Bastón de Mando.
Sus convicciones sobre el poder del Bastón de Mando fueron ratificadas en abril 1948, cuando recibió un extraño regalo. Un metafísico llamado Orfelio Ulises Herrera le entregó ceremoniosamente un bastón de piedra negra, ese objeto-símbolo cambiaría su vida. Herrera, que había pasado algunos años en el Tíbet, aseguraba que, con ayuda extrasensorial, encontró en el Uritorco la «piedra que habla», mejor conocida como Bastón de Mando.
Según Herrera, el objeto habría sido una herramienta de los dioses para unir a los hombres, otorgarles sabiduría y dar poder a su portador, y su depositario sería Terrera, quien estimaría su antigüedad en siete mil años.
Terrera murió en 1998 convencido de su prédica en vida: que en el interior del Uritorco existía una ciudad de otra dimensión donde estaría un Santo Grial con poder metafísico, y que él era poseedor de un artilugio al que llamaba toki lítico, que poseía un extraordinario poder.
El encuentro que marcó su destino
La etapa metafísica de Terrera comenzó con sus primeras publicaciones en la Editorial Uritorco, impulsada por el ovnílogo uruguayo-argentino Fabio Zerpa, su compañero en diversas investigaciones. Durante los años 1984, 1985 y 1986, su nombre se asoció con un término novedoso: la Antropología Metafísica.
Sin embargo, mucho antes, lo espiritual, lo mágico y lo arcano ya se habían cruzado en su camino. Mientras estudiaba abogacía en la Universidad Nacional de Córdoba, conoció al docente Orfelio Ulises Herrera, quien pertenecía a un grupo de intelectuales argentinos que buscaban un mundo mejor. A mediados de 1948, el grupo decidió entregar a Terrera el Bastón para lograr la regeneración humana.
Terrera recibió en una emotiva ceremonia en el día de su cumpleaños la piedra de la sabiduría, el Toki Lítico, de manos de Orfelio Ulises Herrera, quien lo había poseído durante 14 años. Esta pieza arqueológica había sido tallada en piedra meteórica negra por orden del cacique Vultán, de la etnia comechingona.
La advertencia de Orfelio Ulises Herrera fue clara: debía esperar 30 años para difundir el mensaje del Bastón de Mando.
El silencio en torno al Toki Lítico se rompió en 1978, y el poseedor del Bastón comenzó su difusión a través de libros como ‘Cuentos verídicos extrasensoriales’, ‘Antropología metafísica’, ‘El Valle de los Espíritus’ y ‘Parsifal en Viarava y Charava’, entre otros.
Estos libros contienen palabras de poder. Se puede o no estar de acuerdo con las ideas expuestas, se puede debatirlas en profundidad, pero lo que no se puede negar es la convicción con la que Guillermo Alfredo Terrera contaba su verdad y la defendía ante cualquier crítica.
Un legado ancestral
Guillermo Alfredo Terrera dejó un legado para la humanidad. En cada uno de sus libros depositó una parte de su alma, una chispa de luz que puede ser encendida y descubierta.
Según su legado, la clave de la regeneración humana no se encuentra totalmente en el Bastón de Mando. Se encuentra escondida, dormida, a la espera de un grupo de personas con la sensibilidad necesaria para hallarla.
¿Qué fue del Bastón de Mando, del Toki Lítico? No existe una sola respuesta exactamente, sino varias al respecto.
En principio, habría que recordar cómo recibió Guillermo Alfredo Terrera el Bastón de Mando: fue entregado tras un largo debate en el Círculo Hermético de la Universidad Nacional de Córdoba.
Esta transmisión realizada en una emotiva ceremonia marcó la pauta de lo que debía hacer también, cuando él sintiera que fuera el tiempo adecuado. Pero esto no sucedió. Su fallecimiento impidió la sucesión de la Piedra de la Sabiduría.
Esta es, a grandes rasgos, la verdad primera, la histórica. Es de relevancia indicar que –más allá de la reflexión y opinión del propio Terrera– el Bastón de Mando tiene Voz Propia. Él decide quién será su nuevo poseedor.
Luego, se encuentran distintas vías de información, mitos que van desde la supuesta venta del Bastón de Mando hasta la replicación de este en varias copias en posesión de misteriosos personajes latinoamericanos.
El periodista español Miguel Blanco desarrolló una amplia investigación sobre el destino del Toki Lítico para la revista Más allá de la Ciencia, que también arroja distintos interrogantes.
Otro interesante mito se refiere a la fractura del Bastón de Mando en tres fragmentos; que luego fueron reunidos, sin alterar el poder y arcano de esta pieza arqueológica tallada bajo orden de un cacique comechingón.