El recuento de 2025 deja un panorama crítico en México. La periodista Azucena Uresti sostiene que el año cierra con un saldo negativo marcado por casos de corrupción y muertes, y describe un periodo sin tregua, con nepotismo creciente, asesinatos sin esclarecer y un crimen que parece operar desde las entrañas del poder.
Según recoge el Diario de Yucatán, comienza recordando que México continúa dependiendo de los caprichos de Washington. El regreso de Donald Trump y la imposición de aranceles al acero y al aluminio confirmaron, según señala, que el país sigue siendo rehén del chantaje comercial y de seguridad.
La conductora de Grupo Fórmula subraya que la designación de cárteles como organizaciones terroristas abrió un escenario inédito. Apunta que:
«En Teuchitlán, Jalisco, el Rancho Izaguirre evidenció lo que el discurso oficial se resiste a aceptar: campos de exterminio operaron durante años sin que el Estado lo impidiera»
Se desconoce cuántas personas murieron ahí, cuántos fueron incinerados y qué ocurrió con los cómplices que habrían operado dentro de los gobiernos estatal y municipal.
En su artículo en El Universal, titulado ‘Corrupción y muerte‘, Uresti expone que el huachicol fiscal descubierto en Tamaulipas demuestra que el crimen organizado no siempre actúa con fusiles, sino “también con facturas, barcos y apellidos influyentes”. Aunque se han registrado detenciones, estas no han alcanzado a los niveles más altos.
Asimismo, la periodista señala que, pese a aprobarse una ley contra el nepotismo, esta entrará en vigor hasta 2030. Mientras tanto, lamenta que continúen prácticas que buscan heredar cargos públicos mediante maniobras “legales”.
Sostiene que, incluso con la reforma judicial impulsada por la 4T, se habla ya de nepotismo en la “nueva era” del Poder Judicial. Más de la mitad de los nuevos juzgadores, apunta, han colocado a familiares en puestos públicos.
A esto suma que al menos 45 cargos públicos están ocupados por familiares de los 37 diputados y senadores que integran los órganos de gobierno del Congreso, sin que la reforma los toque, de acuerdo con datos de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI).
Uresti enumera hechos recientes que, afirma, evidencian la infiltración del crimen organizado en estructuras gubernamentales. Entre ellos, el pasado criminal del exsecretario de Seguridad de Tabasco durante el gobierno de Adán Augusto López, Hernán Bermúdez; el acuerdo en Estados Unidos de ‘El Mayo’ Zambada y el temor a lo que pueda revelar; tragedias por negligencias como la explosión de una pipa en Iztapalapa; o las lluvias que dejaron decenas de víctimas en Veracruz sin avisos oportunos.
Sostiene la periodista que octubre y noviembre dejaron la imagen más cruda del año:
«Productores extorsionados hasta la muerte, alcaldes asesinados tras pedir ayuda que nunca llegó, jóvenes sicarios como producto final de un sistema roto. Carlos Manzo murió solo. La marcha que siguió no fue un complot: fue hartazgo»
El cierre de 2025, dice, estuvo a la altura del contexto previo:
«Una Fiscalía renovada sin sorpresa, leyes polémicas aprobadas a contrarreloj, campesinos bloqueando carreteras, un coche bomba en Michoacán que oficialmente no fue atentado»
Uresti concluye que no hay duda de que el crecimiento del crimen y la corrupción en México solo se puede entender como un fenómeno que opera desde el poder.