La falta de ayuda humanitaria y los ataques a los centros de atención sanitaria han interrumpido por completo el acceso a la atención materna
La crisis humanitaria a la que se enfrenta la población de la Franja de Gaza no ha dejado de recrudecerse a medida que el Ejército de Israel sigue adelante con una ofensiva que comenzó hace casi cuatro meses y ha dejado ya alrededor de 27.000 muertos en el enclave palestino.
Las mujeres, los menores de edad y los recién nacidos son los que soportan en mayor medida, e incluso de forma “desproporcionada”, la carga de las hostilidades que se han ido produciendo no solo en la zona sino también en Cisjordania, según han denunciado organizaciones de defensa de los Derechos Humanos, que han puesto de manifiesto las terribles consecuencias del conflicto para las mujeres embarazadas sobre el terreno.
La falta de ayuda humanitaria y los ataques a los centros de atención sanitaria han interrumpido por completo el acceso a la atención materna, exponiendo tanto a las madres como a sus hijos a riesgos graves e incluso mortales. En la zona de Rafá, en el sur de la Franja de Gaza, queda el Hospital Emiratí, el único que puede atender los partos más urgentes con peligro para la vida de la madre.
“Con tanta gente desplazada, la situación en Rafá es aterradora”, ha alertado la coordinadora de emergencias de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Gaza, Pascale Coissard. “Todos los lugares están superpoblados, con gente viviendo en tiendas de campaña, escuelas y hospitales. El Hospital Emiratí está atendiendo ahora el triple de partos que antes de la guerra”, ha dicho a medida que los equipos de la organización expresan su “profunda” alarma por el deterioro de la atención obstétrica en Gaza a raíz de los continuos bombardeos y las restricciones de la ayuda humanitaria.
Más de 50.000 mujeres embarazadas
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), hay más de 50.000 mujeres embarazadas en la Franja de Gaza y, de acuerdo con los datos del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), casi 20.000 bebés han nacido en el “infierno de Gaza” desde el pasado 7 de octubre.
Naciones Unidas estima que unas 5.500 mujeres embarazadas darán a luz en los próximos 30 días en Gaza, lo que supone unos 180 nacimientos de media al día. Sin embargo, se estima que al menos 840 mujeres sufran complicaciones relacionadas con el embarazo o el parto mientras que los cálculos apuntan a que dos madres mueren cada hora en la Franja a causa del conflicto.
“Sin suministros suficientes y con demasiados pacientes, el sistema sanitario está desbordado y las madres se ven obligadas a recibir el alta a las pocas horas de dar a luz”, ha explicado la responsable de actividades de matronas de MSF, Rita Botelho da Costa. “Las primeras 24 horas posparto son las de mayor riesgo de complicaciones, y con la gente viviendo en condiciones terribles, resulta clave mantener a la paciente en el hospital el mayor tiempo posible”.
Esto ha llevado a miles de niños a nacer bajo condiciones que “van más allá de lo imaginable” en los últimos meses. La portavoz de UNICEF Tess Ingram, que ha visitado recientemente la zona, ha alertado de que muchas madres se han “desangrado hasta morir”, mientras que otras mujeres han sido sometidas a cesáreas de emergencia cuando ya habían fallecido.
“Convertirse en madre es algo que ha de ser celebrado. En Gaza se trata de otro niñotraído a un infierno”, ha aseverado antes de instar a la comunidad internacional a tomarmedidas al respecto. “Ver a bebés sufrir mientras sus madres se desangran hasta morir debe mantenernos en vela por la noche”, ha aseverado.
Falta de acceso sanitario
La precaria situación sanitaria pone en peligro a unos 130 niños prematuros que dependen de incubadoras, según la OMS, que sigue alertando de que el 60 por ciento de este tipo de instalaciones se encuentran en el norte del enclave palestino, donde necesitan urgentemente electricidad.
El aumento de los enfrentamientos y ataques ha llevado a muchas mujeres embarazadas a carecer de atención médica alguna desde el inicio de la ofensiva, por lo que no han podido realizar seguimiento sanitario alguno a sus hijos. Este es el caso de Rana Abu Hameida, una mujer de 33 años que ingresó el Hospital Emiratí porque sufría complicaciones tras seis meses de embarazo.
“Después de tener que desplazarme me resultó difícil conseguir transporte y encontrar servicios sanitarios”, ha aclarado antes de indicar que tuvo que irse desde Beit Lahya, en el norte de Gaza, hacia el sur. “Es difícil encontrar un lugar para recibir tratamiento u organizar mi vida para poder reanudar las revisiones mensuales. Me alojo en una tienda de campaña; la vida es dura, sobre todo cuando se trata de conseguir comida o agua y de dormir sin ropa de cama adecuada”, ha lamentado.
Maha, otra mujer gazatí embarazada que también vive en una tienda de campaña, no fue admitida a su llegada al hospital cuando se encontraba de parto dado que todas las salas estaban llenas, por lo que volvió al campamento de desplazados de Rafá, que albergaba en octubre a unas 300.000 personas y ahora da refugio a 1,5 millones de desplazados que han huido de los bombardeos tras las órdenes de evacuación desde el norte y el centro de Gaza. Según ha relatado, dio a luz a un niño ya fallecido en un baño público.
MSF ha advertido en un comunicado de que cuando estas mujeres carecen de un acceso adecuado a atención sanitaria, alimentos suficientes o alojamiento, tanto ellas como sus hijos tienen más probabilidades de sufrir complicaciones. Los hijos de mujeres embarazadas o lactantes desnutridas corren un riesgo inmediato de padecer problemas de salud y posibles problemas de desarrollo a largo plazo.
Problemas de salud
Así, la ONG ha puntualizado que más de un tercio de las pacientes que acudieron a atención prenatal presentaban problemas de salud como anemia, lo que constituye un grave problema entre las mujeres embarazadas, que también sufren infecciones del tracto urinario con frecuencia.
Incluso antes de la actual escalada de la violencia, la desnutrición ya era alta entre las mujeres embarazadas, con impactos en la supervivencia y el desarrollo infantil. A medida que empeora el acceso a los alimentos y al agua, las madres tienen dificultades para alimentar y cuidar a sus familias, lo que aumenta los riesgos de desnutrición, enfermedades y muerte.
Sin una ayuda humanitaria suficiente y sin protección para los pocos centros de salud que siguen operativos, la prestación de asistencia en Gaza, donde hay casi 66.000 heridos, seguirá siendo una “gota en el océano”. Por ello, ha hecho hincapié en la necesidad de lograr un alto el fuego “inmediato e incondicional” para proteger las instalaciones sanitarias y salvar vidas.
En este sentido, ha incidido en la urgencia de restablecer sin demora el flujo de ayuda humanitaria y el sistema sanitario, del que depende “críticamente” la supervivencia de madres y niños en la Franja de Gaza.