La exconsellera de Justicia y Emergencias de la Generalitat Valenciana, Salomé Pradas, ha comparecido este viernes ante el Juzgado de Instrucción número 3 de Catarroja en calidad de investigada por su actuación durante la gota fría (DANA) que azotó la Comunitat Valenciana el pasado 29 de octubre. Su mensaje ha sido claro: “Yo no dirigía nada. No tenía experiencia en emergencias”.
Su declaración, que comenzó a las 10:15 horas, se ha limitado a responder únicamente a su abogado. Visiblemente emocionada, ha negado tener cualquier tipo de responsabilidad operativa durante la tragedia, subrayando que el control técnico de la emergencia estaba en manos del Centro de Coordinación Operativa Integrado (Cecopi) y que el mando sobre el terreno lo ostentaba José Miguel Basset, exinspector jefe del Consorcio de Bomberos, según una información de Europa Press.
A las puertas del juzgado, la tensión se ha palpado desde bien temprano. Decenas de familiares de víctimas, asociaciones ciudadanas y vecinos afectados se han concentrado en la entrada de la Ciudad de la Justicia, portando pancartas con mensajes como “229 muertos, 0 responsables”, “Justicia para mis hijos” o “Mazón dimissió”.
Los gritos de “asesinos” y el sonido de sirenas han recibido a la exconsellera, que llegó a las 9:17 entre una gran expectación mediática. Al ser preguntada por los medios, prometió hacer declaraciones tras su comparecencia.
La jueza instructora la citó por ser la máxima autoridad autonómica responsable de coordinar las medidas de autoprotección de la población ese día. Sin embargo, Pradas se desmarca por completo: insiste en que su papel fue meramente institucional y que las competencias reales estaban repartidas entre técnicos autonómicos y estatales.
En su momento, tras conocerse la apertura de diligencias, la propia Pradas emitió un comunicado defendiendo que “desde el primer minuto hasta el último” del día 29 cumplió con sus obligaciones conforme a la normativa. Este viernes, ante la jueza, ha reiterado su disposición a colaborar para esclarecer todas las circunstancias que rodearon la gestión de la emergencia.
Las escenas más duras han venido del lado humano. Tras la llegada de Pradas al juzgado, varias familias han roto en llanto. “¿Dónde estabais mientras nuestros hijos se ahogaban?”, gritaban algunos padres. Las camisetas negras con las cifras del desastre resumían el dolor: “229 fallecidos. Valencia no olvida”.
El caso continúa en fase de instrucción y se esperan nuevas comparecencias para esclarecer si hubo negligencias, fallos de coordinación o responsabilidades políticas que agravaron las consecuencias de la DANA.