Bajo el lema “El lenguaje claro es una necesidad, no una opción”, la Real Academia Nacional de Medicina de España acogió la primera Jornada sobre la aplicación práctica del lenguaje claro. Organizada por Nuadda Translations, la cita reunió a especialistas de los ámbitos jurídico, sanitario e institucional. El objetivo fue claro: lograr que la comunicación sea comprensible, transparente y accesible para toda la ciudadanía.
Arancha Caballero, fundadora y CEO de Nuadda Translations, recordó que comprender lo que nos afecta no es un lujo, sino un derecho. Señaló datos reveladores: siete de cada diez españoles firman contratos bancarios sin entenderlos, el 31% de los adultos tiene bajo nivel de comprensión lectora y el 85% de los textos administrativos no son claros.
El lenguaje claro no solo facilita la lectura. También mejora la comunicación interna y externa de las organizaciones, reduce dudas y reclamaciones, y fortalece la confianza de los ciudadanos en las instituciones. Según Caballero, es una obligación ética y un derecho ciudadano que debería aplicarse en empresas, administraciones y organismos públicos.
En el ámbito jurídico, Gerard Pérez Olmo, socio del despacho RocaJunyent, destacó la importancia de equilibrar el rigor legal con la comprensión general. Subrayó que el lenguaje claro disminuye la exclusión lingüística, facilita el acceso a la justicia y refuerza la confianza en el sistema democrático. Comprender plenamente los textos legales permite a los ciudadanos conocer sus derechos y obligaciones sin barreras innecesarias.
En el terreno sanitario, Ana Valverde Mateos, lexicógrafa de la Real Academia Nacional de Medicina, explicó que un lenguaje comprensible reduce la ansiedad de los pacientes. Entender diagnósticos y tratamientos aumenta la autonomía personal y mejora los resultados de salud. Además, evita que los pacientes se sientan avergonzados de preguntar y queden con dudas que pueden afectar su bienestar.
Por su parte, Marta Fernández García, de la Asociación Española de Normalización (UNE), presentó las normas UNE-ISO 24495, que establecen pautas para la redacción clara en distintos sectores, desde la ciencia hasta el ámbito jurídico. Estas normas buscan ser una herramienta voluntaria que ayude a las organizaciones a comunicar de forma eficiente y accesible.
La jornada cerró con un diálogo en el que todos los participantes coincidieron: el lenguaje claro es fundamental para la inclusión, la confianza y la transparencia. Como concluyó Caballero, iniciativas como esta primera jornada son solo el comienzo de un camino necesario para que la comunicación deje de ser un obstáculo y se convierta en un derecho real para todos.