El estudio inspira la creación de nuevas estrategias para proteger y restaurar los ecosistemas vulnerables
Un grupo de científicos ha presentado un nuevo marco conceptual para los ecosistemas que alternan entre fases húmedas y secas, destacando la presencia de agua como el motor fundamental de la vida.
Este estudio, publicado en la revista Ecology Letters, reúne por primera vez a ecólogos terrestres y acuáticos, junto con microbiólogos.
Al considerar las fases húmeda y seca como dos componentes indisociables del sistema, el equipo, liderado por el Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) y la Universidad Rey Juan Carlos (URJC), ha detectado que esta alternancia da lugar a una sucesión predecible de organismos que cubren el substrato y que son capaces de mantener las funciones en ambas fases de este tipo de ecosistemas.
De esta manera, durante la fase seca organismos como las bacterias, hongos, algas, protozoos, arqueas, briófitas y líquenes dan lugar a lo que se conoce como costras biológicas. En cambio, en presencia de agua, estos organismos adoptan la forma de biofilms, cubriendo piedras y substrato fino.
Según la investigadora del MNCN-CSIC Rebeca Arias-Real, antes se mantenía una “mirada sesgada”, que ha llevado a una “comprensión deficiente”, de estos ecosistemas, lo cual limita nuestra capacidad para conservar su biodiversidad y los beneficios que aportan, como el agua potable o el reciclaje de carbono y nutrientes.
El MNCN-CSIC detalla que este trabajo sienta las bases para mejorar la comprensión de cómo los cambios en la disponibilidad global de agua podrían comprometer a la biodiversidad y la vida del ser humano en un planeta con condiciones climáticas cada vez más extremas.