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Candidata andaluza

La vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, durante una sesión plenaria. | Fuente: EP

Aseguran los periodistas adosados a corrillos políticos, que la Vicepresidenta Primera del Gobierno no quería, de ninguna manera, ser candidata a secretaria general del PSOE andaluz. Y es lógico. La señora vicepresidenta puede ser maestra universal de ordinariez indiscutible, pero no es tonta. Sabe que aquí las palmas tienen sustancia cuando acompasan los quejíos del flamenco, esa cicatriz antigua que las injusticias o los desamores tatuaron en el alma del pueblo. Nada que ver con ese palmitar enloquecido que el líder requiere a su lado para no escucharse por dentro. Las palmas, sin venir a cuento, también dejan heridas.

Reconociendo, ni de lejos, ser un experto en demoscopia, creo que en Andalucía la elegancia de lo poético sigue vibrando en la palabra y en los gestos. Así como la majestad del arte musical en la templanza de una guitarra. Ninguna de estas realidades casan con las hiperbólicas maneras de la señora vicepresidenta, más propias de vendedores ambulantes. Aquí no la votarán sino los muy facinerosos.

Me dicen que en su primer discurso ha nombrado al Che Guevara. Otro que bien baila… ¡Y los muertos, sin enterarse nada!

pedrouve

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