Un especialista señala la propiocepción como una habilidad crucial para prevenir caídas en ancianos
A medida que las personas envejecen, el riesgo de sufrir caídas accidentales se incrementa de manera significativa. Según el doctor Ángel Villamor, traumatólogo y director médico de la clínica iQtra en Madrid, es fundamental que las personas mayores de 65 años realicen ejercicio al menos tres veces por semana para minimizar estos riesgos y mantenerse activos.
El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha informado de que en la última década se han registrado hasta 30.000 fallecimientos debido a caídas accidentales, mientras que en lo que va de año, 4.018 personas han perdido la vida por esta causa, lo que supone un 6,1 % más que el año anterior. Esta cifra refleja la gravedad del problema, especialmente en una población que está envejeciendo y viviendo más años que nunca, según informa El Economista.
Ante esta realidad, el doctor Villamor recomienda un cambio de mentalidad en los mayores, orientado a la acción y la prevención. Según sus palabras, es crucial que las personas de edad avanzada “no vivan esos años como una época triste y oscura”, sino que tomen medidas para mantenerse activos y en buena forma física. En su opinión, el ejercicio no solo fortalece el cuerpo, sino que también promueve la socialización y el bienestar emocional.
Villamor también subraya la importancia de adaptar las actividades físicas al estado físico de cada persona, teniendo en cuenta sus articulaciones, huesos y músculos. Entre las recomendaciones destaca el ejercicio en el agua, que, gracias a sus propiedades terapéuticas, mejora la fuerza, la estabilidad y la coordinación, aspectos clave para mantener la independencia y la seguridad en la vejez.
Finalmente, el especialista señala la propiocepción como una habilidad crucial para prevenir caídas. Este sentido, que permite controlar el equilibrio y la coordinación, es esencial para mantener la estabilidad corporal. “Es lo que te permite tocarte la nariz con los ojos cerrados”, explica Villamor, haciendo hincapié en la importancia de trabajarlo en las personas mayores para reducir el riesgo de accidentes.