Los astronautas John Young, Charles Duke y Ken Mattingly trajeron más de 95 kg de muestras
La tripulación del Apolo 16 recoge de la Luna unas muestras, de hace más de 50 años, que han ayudado a los científicos de hoy a reconstruir miles de millones de años de historia lunar.
Los hallazgos del equipo de investigación de Apolo 16, publicados en la revista Meteoritics & Planetary Science, se basan en el análisis de un conjunto distinto de brechas lunares que nunca antes se habían examinado en detalle.
Los astronautas John Young, Charles Duke y Ken Mattingly trajeron más de 95 kg de muestras de la Luna a la Tierra después de su misión a las tierras altas de Descartes en la Luna en 1972.
Entre esas muestras había “brechas de regolito”, que se forman cuando el polvo lunar (o regolito) se fusiona en la roca por los impactos de asteroides. Una vez fusionadas en una roca, estas brechas conservan la composición geoquímica del regolito en el momento de su formación, que puede analizarse cuidadosamente para obtener pistas sobre cómo y cuándo se crearon.
El aspecto característico de la Luna, plagado de cráteres, es el resultado de innumerables colisiones con asteroides desde su formación hace unos 4.500 millones de años. En una historia tan extensa, la cuestión de qué sucedió y cuándo sucedió rápidamente se vuelve complicada.