Hoy: 26 de noviembre de 2024
El pasado lunes, poco después de las 14.00 horas, Antonio Tejado abandonó la cárcel de Sevilla 1 tras pasar 98 días en prisión provisional por su presunta implicación en el robo a la casa de su tía María del Monte.
Visiblemente más delgado, con una expresión seria, la cabeza en alto y la mirada firme, el ex de Rosario Mohedano evitó hacer declaraciones a la prensa y se dirigió rápidamente hacia el coche que lo esperaba a las puertas del centro penitenciario.
Sin embargo, Tejado envió un mensaje a través de su vestimenta. Lucía unos vaqueros y una sencilla camiseta de algodón blanco, símbolo de inocencia, que llevaba un texto significativo en la espalda: “If y’all weren’t here, I’d be crying” (“Si todos vosotros no estuvieseis aquí, yo estaría llorando”). Este mensaje no pasó desapercibido y plantea la pregunta de si Tejado está revelando cómo se siente en estos momentos.
Sin tiempo que perder, Antonio se dirigía con su abogado a un popular restaurante de Sevilla, donde le esperaban su madre, María José García, su hermano Chema Tejado, y su novia Samara Terrón para celebrar en familia su libertad provisional.
Una comida que se extendió durante varias horas y de la que apenas ha trascendido ningún detalle, aunque sí sabemos que hubo emoción y muchas lágrimas tanto por parte del sobrino de María del Monte como por parte de sus grandes pilares durante su paso por la cárcel.
Antonio, dejando clara su intención de mantenerse en silencio y no conceder ninguna entrevista a pesar de las jugosas ofertas recibidas por varios medios de comunicación, salió del restaurante escoltado por Fernando Velo y por su pareja. Esquivó a las cámaras y rápidamente subió a la parte trasera de un coche sin revelar cómo han sido sus primeras horas en libertad provisional.
Ha sido su abogado el que una vez más ha ejercido de “portavoz” para revelar que Tejado se encuentra “bien”. “No voy a decir nada, por favor, yo no tengo nada que ver con todo esto”, ha zanjado en la misma línea de silencio que su cliente, que en estos momentos tan solo piensa en “descansar”, en estar en casa con su familia y en volver a dormir en su cama casi 100 días después.