El futbolista está inmerso en la búsqueda de una casa para comenzar su vida sin la que ha sido su pareja en los últimos ocho años
Dos semanas después de anunciar su separación en redes sociales, han comenzado a circular rumores de reconciliación entre Álvaro Morata y Alice Campello. El entorno de la italiana sugirió que la expareja seguía en contacto diario y comenzaba a extrañarse mutuamente, lo que abrió la posibilidad de que, en un futuro cercano, consideren darle una segunda oportunidad a su matrimonio.
Algo que no tardaba en negar el futbolista al periodista Javier Hoyos, asegurando que si habla con su exmujer a diario es por sus cuatro hijos Alessandro, Leonardo, Edoardo y Bella, que en estos momentos están con su madre y que son lo más importante para ambos en este momento tan delicado pero que por su cabeza no pasaba la palabra reconciliación. Por lo menos por ahora.
Y parece que Morata no es el único que sabe que por el momento su ruptura no tiene vuelta de hoja, ya que el entorno de Alice ha vuelto a hablar con la revista ¡Hola! y ha dejado claro que aunque “está más calmado” entre ella y el delantero y han acercado posturas en los últimos días, aunque no hay posibilidades de retomar su relación. Eso sí, reconoce que no sabe lo que va a pasar en un futuro porque como aseguró hace unos días, ambos siguen queriéndose y respetándose a pesar de su separación.
Una separación que pasa por no verse por el momento. Mientras la italiana ha preferido quedarse en su residencia de Madrid con sus pequeños donde está tranquila y poco a poco recupera la sonrisa gracias a sus niños, con los que comparte numerosas imágenes en redes sociales, Morata intenta adaptarse a su nueva vida en Milán.
Sin embargo, estas primeras semanas en Italia no están siendo precisamente fáciles para el futbolista, ya que a su separación de Alice se suma la lesión muscular que sufrió en su primer partido con el AC Milan y que le mantendrá alejado tres semanas de los terrenos de juego. Residiendo en un hotel, está inmerso en la búsqueda de una casa para comenzar su vida sin la que ha sido su pareja en los últimos ocho años.