Carlos Alcaraz sigue celebrando —a su manera— la conquista de su segundo Roland Garros, aunque el murciano ya empieza a cambiar el chip para el reto que viene: la temporada sobre hierba. Con 22 años y cinco Grand Slams a la espalda, el número dos del mundo pasó unos días de descanso en Ibiza, aunque confesó entre bromas que “ya no está para mucha fiesta”.
«Solo salí una noche, los otros dos días estaba en la cama a medianoche», reconoció este domingo con una sonrisa antes de iniciar su participación en el torneo de Queen’s, donde debutará ante su compatriota Alejandro Davidovich, según una información publicada en Europa Press.
Alcaraz admitió que todavía no ha asimilado del todo lo vivido en París. “Sigo viendo vídeos del partido, sobre todo del momento en el que estuve con tres puntos de partido en contra… a veces me cuesta creer que lo remonté. Es difícil procesar que gané Roland Garros”, confesó en declaraciones para la ATP.
El español levantó el título tras una épica final frente a Jannik Sinner, demostrando una vez más su capacidad para sobrevivir al abismo y salir reforzado. “Todavía estoy en estado de shock”, añadió.
A pesar del merecido descanso, Alcaraz dejó claro que ya ha vuelto “con más energía”. Su entorno le apoyó en todo momento para que desconectara. “Nadie me dijo que no me fuera. Saben que cuando regreso, estoy al 100%. Me alegra sentir ese respaldo”, explicó.
La escapada se ha convertido, según él, en una tradición: “No importa a dónde vaya, lo importante es desconectar física y mentalmente”. Su objetivo ahora es claro: revalidar el título en Queen’s y llegar a Wimbledon con el mismo nivel que mostró en París.
Con la simpatía que le caracteriza, Alcaraz bromeó sobre su crecimiento personal y físico: “Me hago mayor y el cuerpo no me da”, dijo riendo. Pero el tono distendido no oculta su ambición. El murciano ya está centrado en conquistar su sexto ‘grande’ y continuar escribiendo una historia que, a su corta edad, ya tiene tintes legendarios.