Un violento ataque ha conmocionado este jueves a la comunidad judía de Manchester. Al menos dos personas han muerto y tres han resultado gravemente heridas tras ser atropelladas por un coche y apuñaladas en el exterior de una sinagoga del barrio de Crumpsall, al norte de la ciudad. La Policía confirmó la detención de dos personas y abrió fuego contra el presunto agresor, que también falleció, elevando la cifra total de víctimas mortales a tres.
El incidente se produjo poco después de las 9:30 de la mañana, en pleno Yom Kippur, la jornada más sagrada del calendario judío, cuando la sinagoga se encontraba especialmente concurrida. Aunque la identidad y motivaciones del atacante aún no han sido reveladas, fuentes policiales informaron de que portaba “objetos sospechosos en el cuerpo”, lo que apunta a la hipótesis de un posible atentado terrorista.
La respuesta policial fue inmediata: apenas seis minutos después del aviso, agentes ya estaban en la zona y lograron controlar la situación. Las calles cercanas fueron acordonadas por vehículos oficiales, y el alcalde de Mánchester, Andy Burnham, aseguró que “ya no existe un peligro inmediato” para la ciudadanía.
Ante la gravedad de los hechos, el primer ministro británico, Keir Starmer, interrumpió su viaje a Copenhague, donde participaba en la reunión de la Comunidad Política Europea, para regresar al Reino Unido. Starmer presidirá una reunión del comité COBR, encargado de coordinar la respuesta gubernamental ante emergencias nacionales.
La Fundación para la Seguridad de la Comunidad (CST), dedicada a monitorizar el antisemitismo en Reino Unido, condenó enérgicamente el “espantoso ataque en el día más sagrado del año judío”. Su portavoz, Dave Rich, destacó la rapidez de la intervención policial y del personal de seguridad de la sinagoga, que permitió contener la tragedia.
Rich recordó además que Yom Kippur, un día de ayuno y reflexión, tiene una relevancia espiritual comparable a la Navidad en el cristianismo. Por ello, subrayó que en festividades como esta siempre se refuerzan los dispositivos conjuntos de seguridad entre la CST y las autoridades británicas para proteger a la comunidad judía.