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Al abordaje

Daniel Gómez Fontecha

Una de las afirmaciones más atrevidas y también contundentes que se suelen pronunciar en un conflicto es aquella de “no hay mejor defensa que un buen ataque”. Si el adversario cree que te tiene contra las cuerdas, un contrataque inesperado bien ejecutado por generales expertos puede hacer que la balanza se vuelva a decantar a tu favor.

Algo parecido debe haber pensado Pedro Sánchez tras la debacle electoral en Andalucía. La catástrofe de la coalición de gobierno aquel 16 de junio no ha dejado otra opción al presidente. El cambio de líder en la calle Génova parece haber relanzado a la oposición tras la crisis de febrero y ha obligado al Partido Socialista a cambiar de estrategia si no quiere que esto continúe.  

Ante los augurios de una posible mayoría absoluta conservadora, Pedro Sánchez ha decidido pasar a la acción y llevar a la práctica esa tan famosa sentencia. Para ello, no ha dudado en llamar a filas a un experto como Patxi López y a una de las ministras más prometedoras, Pilar Alegría, con el único objetivo de ensalzar el “grandísimo esfuerzo y empatía” que, según ellos, ha realizado el Gobierno durante este tiempo e ir sin ningún tipo de reparo al abordaje de los populares.

Los ataques a los conservadores por el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) parecen prolongarse in aeternum. El último ha sido la filtración de que Casado habría firmado un acuerdo para su renovación que Feijóo dice ahora desconocer. Un ridículo nuevo as en la manga del presidente para intentar medrar más en un asunto, que no solo está generando hartazgo en la sociedad, sino que lejos de sumar votantes al oficialismo, lo que está provocando es una merma en votos a ambos por la baja calidad democrática e institucional que están mostrando.

La segunda bomba mediática que está lanzando continuamente el presidente del Gobierno va directa hacia el corazón de la calle Génova. Más concretamente a la primera planta. Allí se fraguó el hundimiento de Casado y allí se intenta provocar otra división entre Feijóo y Ayuso. Esta vez utilizando el decreto de ahorro energético. Un burdo intento de dividir a la oposición con guerras sucias observando la ambigüedad que continúa mostrando el líder gallego en algunos ámbitos, entre ellos en el de la energía y el fenómeno político que representa Isabel Díaz Ayuso.

Un gobernante como Pedro Sánchez, que quiere dar la imagen de líder sólido, serio, valiente y con ideas claras, no puede caer tan bajo en ahondar en divisiones internas de los demás cuando carece de apoyos y argumentos para sostener muchas de sus medidas y cuando precisamente él, en su partido, no es el adalid de la paz doméstica.

Pero el problema de abordar a tu adversario sin ningún tipo de paracaídas cuando te encuentras con los índices de popularidad en niveles muy bajos, es que si no sale bien, puede acabar con un desastre electoral todavía mayor.

Si estos ataques no consiguen, como así parece hasta el momento, lograr el objetivo de quitar a Feijóo esa aura de político moderado, experimentado y de mayorías que le está conduciendo poco a poco hacia la Moncloa y si las medidas aprobadas no logran mejorar la realidad de la ciudadanía, Pedro Sánchez puede dar por terminado su Manual de Resistencia.

Por ello, si el presidente del Gobierno quiere tener opciones de llegar a las elecciones municipales del año que viene con posibilidades de mantener los gobiernos que posee y ganar en confianza para las generales, los abordajes no pueden ser la estrategia. La única salida posible es, pese a que algunos no les guste, es mejorar la vida de la ciudadanía, algo que en esta legislatura parece estar pasado de moda.

Daniel Gómez-Fontecha es estudiante de Historia y Periodismo en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid.

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