Presidente y ministros recurren al fango y la vicepresidenta Yolanda Díaz lleva el lenguaje escatológico al Congreso y manda a la mierda a la oposición
Seamos sinceros. Las llamadas a las buenas maneras, y al respeto parlamentario y a las instituciones del Estado que han lanzado algunos dirigentes políticos, no ha calado mucho entre sus señorías. Lejos de eso la política española se ha convertido en un lodazal en el que bañan los improperios, insultos y hasta lo escatológico. Parece que ahora al Congreso hay que acudir con ropa de calle porque el riesgo es salir lleno de fango o, lo peor, de mierda.
Del lodazal, o más bien del fango, se encargó el presidente Pedro Sánchez, que recurrió a esta expresión una decena de veces durante sus intervenciones en la Cámara cuando se refería al líder de la oposición, Núñez Feijóo, y al de Vox, Santiago Abascal. Si le preguntaba por la investigación a su esposa, avalada ayer por hasta cuatro jueces diferentes de la Audiencia de Madrid, respondía que todo era “fango”. Si se le preguntaba por Israel… “fango”. Si le preguntaba por Milei y Argentina, más “fango”.
El Congreso, embarrado
Tanto fango embarró el Congreso y lo puso hecho un asco, a lo que ayudaron todos los ministros y palmeros de Sánchez cuando aludieron al “fango” en todas sus declaraciones. Ya se sabe, todos con entusiasmo, pero algunos rayando la euforia. Ya se conocen: la pizpireta vicepresidenta María Jesús Montero, el ministro Óscar Puente y el mismísimo ministro de Justicia, Félix Bolaños, que no tuvo pudor alguno en decirle a los jueces que lo que deben hacer es archivar cuanto antes la investigación a la esposa de Pedro Sánchez.
Y lo declaró así, sin despeinarse. Lo que se dice un ministro de Justicia respetuoso con la idem y con los profesionales que la ejercen.
De la cuestión escatológica se encargó la vicepresidenta Yolanda Díaz, que no hizo ayer gala de buena educación ni de respeto parlamentario cuando mandó a señorías directamente “a la mierda”. A Díaz la traicionó un micrófono que no estaba cerrado y la sorprendió cuando dijo: “A la mierda, se pueden ir a la mierda todos”. Lo hizo con una sonrisa de suficiencia en un momento de la sesión de control al Gobierno en la que Gobierno y oposición mantenían un duro debate a propósito de la investigación abierta a Begoña Gómez, esposa de Sánchez.
Dimisión en un Gobierno serio
Nadie se percató porque el tono de sus palabras fue bajo. Bueno, todos, no. Sí lo escuchó el vicesecretario de Política Autonómica y Local del PP, Elías Bendodo, que acusó indignado a la vicepresidenta Yolanda Díaz de mandarlos “a la mierda” algo que a su juicio sería motivo de dimisión en un Gobierno “serio”.
Elías Bendodo tomó la palabra para reprochar el comentario de Yolanda Díaz mientras aplaudía al jefe del Gobierno. En la televisión se le puede entender perfectamente cuando lo dice. No hay duda.
A su juicio, esas palabras producen “vergüenza” y “bochorno” y, “en un Gobierno serio”, serían motivo de dimisión: “Qué nivel -ha enfatizado en el hemiciclo-. En un gobierno serio, una vicepresidenta por menos dimitiría, señora Díaz”.
Y es que el debate en la Cámara estuvo calentito. Para no mentir, ardía en el cruce de intervenciones de Pedro Sánchez -con su “fango, fango, fango”, que no se porqué me recordaba al estribillo de la canción que nos ha representado en Eurovisión-, y entre el jefe de la oposición y presidente del Partido Popular, Núñez Feijóo.
“La Moncloa, investigada”
Y eso que cuando el debate estaba ya más que tenso, todavía no había saltado la noticia de que la Audiencia de Madrid rechazaba la posición de la Fiscalía para archivar la causa contra la esposa del presidente y avalaba la tesis del juez de investigarla por supuestos delitos de tráfico de influencias y corrupción.
Feijóo se lanzó entonces al ataque contra Sánchez y aseguró que “la Moncloa está investigada por corrupción” y le pidió poner fin a la legislatura y convocar elecciones. La respuesta del jefe del Ejecutivo fue la que se supone: explicaciones no dio, pero cargó munición contra PP y Vox por “seguir con la máquina del fango”. Y como buen estratega, sabe que la mejor defensa es un ataque y advirtió: “Esto lo hacen para quebrarme con su fango, pero van listos”, recoge Europa Press.
Sánchez, mentiroso
La cuestión es que ahora se ha sabido que el presidente Sánchez ya sabía desde hace mes y medio que su esposa estaba siendo investigada y lo negó en entrevistas en radios y televisiones, y hasta en el propio Congreso recurriendo a lo del… “fango”.
El PP ya acusó este martes a Sánchez de “ocultar” esa condición que, a su juicio, “sabía” antes de su carta a los españoles. “Usted lo sabía y lo tapó”. En la sesión de ayer del Congreso Feijóo estaba servido de munición. Y repitió sus argumentos: “Como le dije cuando se destapó la trama Koldo, usted lo sabía y lo tapó. Ayer conocimos que su esposa estaba siendo investigada con anterioridad al 25 de abril, fecha en la que usted firmó esa carta ocultando lo que estaba ocurriendo a todos los españoles”.
Motosierra, Netanyahu…
Cañonazos contra Pedro Sánchez a los que respondió con… “fango” y “más fango”. También dijo algo de la motosierra, se supone que en alusión al presidente argentino, su buen amigo Milei, y de Netanyahu, otro de la pandilla para barbacoas de fin de semana.
Feijóo insistió una y otra vez para que explique esa “investigación judicial por corrupción y tráfico de influencias” que afecta a su mujer, y acto seguido aludió a las informaciones publicadas sobre un “alto cargo” de Adif “investigado” que “reconoce amaños en adjudicaciones”, diciendo “literalmente” que “viene de arriba”.
Todo un espectáculo. Si quiere aprender Taylor Swift a montar uno de los grandes que se escape del Bernabéu y se asome el Congreso, pero que tenga cuidado, que como se descuide la mandan a la mierda sin miramientos por muy estrella que sea.