Hoy: 22 de noviembre de 2024
Las mayores reservas de agua potable de la Tierra están en riesgo por el cambio climático. Un estudio analizó 12 cuevas de todo el mundo y más de 105.000 mediciones de temperatura para llegar a esa conclusión.
Estos ecosistemas albergan las mayores reservas de agua dulce disponibles para el consumo humano inmediato y están habitados por organismos únicos y altamente adaptados. Estos garantizan la calidad de estas reservas estratégicas para el futuro de la humanidad mediante el reciclaje de materia orgánica y contaminantes.
“Las variaciones de temperatura revelaron tres patrones distintos de respuesta térmica del ambiente subterráneo en comparación con la superficie, lo cual es nuevo”, dice Ana Sofía Reboleira, coordinadora del estudio.
Todas las variaciones anuales de temperatura registradas en las cuevas fueron pequeñas y abarcaban entre 0,1ºC, la más pequeña, y 8,8ºC, la mayor. Sin embargo, mientras las temperaturas de las cuevas reflejaban la temperatura de la superficie con un ligero retraso en algunos casos, las variaciones de la superficie se reflejaban rápidamente en el subsuelo en otros. Por otra parte, hubo algunos casos en los que se produjo un patrón inverso. Cuanto mayor era la temperatura en la superficie, más baja en la cueva (y viceversa), como en un espejo térmico.
“Nuestros resultados demuestran que la temperatura media en las cuevas refleja la temperatura media exterior”, explica Reboleira. Y añade que la consecuencia de su aumento en el exterior y en la superficie se reflejará en el subsuelo.
Comunidades de especies raras y desprotegidas habitan estas cuevas y garantizan la calidad del agua. Al estar acostumbradas a vivir en ambientes muy estables, con mínimas variaciones de temperatura, el aumento de esta conlleva consecuencias “absolutamente impredecibles”, según la investigadora. Y advierte que serán “perjudiciales en la calidad de las mayores reservas de agua dulce disponibles para el consumo inmediato”.
Este estudio también revela la existencia de ciclos térmicos diarios en algunas cuevas. En ecosistemas con ausencia total de luz solar, los organismos carecen de ritmos circadianos. “Este sorprendente descubrimiento demuestra que estos ciclos térmicos diarios pueden potencialmente controlar los ritmos biológicos de los organismos subterráneos”, asegura Reboleira.
Varias de las cuevas estudiadas como parte de este estudio son puntos críticos globales de biodiversidad subterránea. Como Planina, en Eslovenia; Viento, en Canarias; y Vale Telheiro, en Portugal.