Las alimañas

¿A qué animales se les considera alimañas después de la ley del bienestar animal? Dice la RAE: “Son alimañas, cualquier animal que compita con nuestra caza, ganado o que produjera daños económicos o bajas en fincas o poblaciones, y se aplica a animales de todos los tamaños, desde pequeños roedores y depredadores hasta animales más grandes, como zorros y jabalíes”.

Ese término en los siglos dieciséis y diecisiete se utilizaba como despectivo hacia personas que no podían ayudar a la productividad del país y que vivían de la caridad de las gentes, mendigando, etc…

Hoy en día, por desgracia, algunos individuos sin conciencia que emplean esa destructiva definición, propia de aquellos siglos, y que la utilizan en pleno siglo veintiuno, suelen ser gente deshumanizada que se cree muy por encima de esas personas que acuden a nuestras costas, buscando refugio.

¡Madre mía si leyéramos entre líneas!

Las alimañas son animales invasores que suelen asaltar fincas y pueden causar problemas sanitarios y económicos a los humanos.

¿Pero somos o no somos humanos? ¡Demasiados hipócritas habitan en la piel de toro!

Otros… la añaden a gente sin hogar, cuya procedencia suele no ser muy clara, y vienen perdidos y con miedo de ser expulsados, sin saber algunos ni dónde están.

¿Son malos tiempos para tener conciencia? Parece que sí.

Definitivamente estamos perdiendo la humanidad, y con esa pérdida, la piedad y el amor al prójimo.

Pero son personas y no se les puede tratar sin una organización bien estructurada para su atención.
Con la masificación, es imposible un trato digno y se está viendo, por desgracia, en muchos lugares.

Estas personas huyen de guerras, que se crean por el dominio sobre otros, de los malos gobiernos que los explotan y no los forman para poder tener una vida digna. Al contrario, los tratan como mano de obra barata o simplemente por comida, para sus familias carentes de lo más necesario.

Solo pedimos un trato digno, piedad y humanidad para ellos. No los masifiquemos y admitamos a los que puedan ser atendidos dignamente.

¡Es de obligado humanismo!

Ellos se lo merecen y para eso los diferentes gobiernos tendrían que tomar decisiones firmes y así poder ayudarles y ofrecerles la vida que no tenían y que les obligó a dejar su tierra, su país, su gente.

¡No existe mayor dolor que tener que perder tu propia identidad, para estar a salvo!

Pedimos a quien proceda, que demuestre tener una brizna de empatía. Son nuestros hermanos.

Para eso se necesita, tener la dignidad necesaria para admitirlos, siempre que existan lugares dignos para ellos.

No a “barullo” amontonados, y sin lugar apropiado para esa gran cantidad de personas que vienen sin nada.

Cuantos más, peor, pues no se les puede atender en sus necesidades más vitales, muchos de ellos vienen enfermos.
Demostremos que tenemos piedad, conciencia y humanidad.

Es necesario una buena organización de los gobiernos y no esperar medallitas parabienes, ni palmaditas en la espalda.

La falsa piedad, y el postureo, muchos lo explotan, pero quedan al descubierto.

¡Ya los conocemos!