Hoy: 26 de noviembre de 2024
Lavrov ha ofrecido detalles concretos sobre esta afirmación, destacando que la suma incluye una asignación de 75.000 millones de dólares en ayuda militar por parte de Estados Unidos.
Haciendo referencia a la ONG The Heritage Foundation, con base en Washington, Sergei señaló que Estados Unidos ha destinado aproximadamente 113.000 millones de dólares a Ucrania, según sus estimaciones. Además de la asistencia económica, Lavrov denunció que se están enviando a Ucrania suministros de armas a gran escala, incluyendo municiones de racimo y de largo alcance. También mencionó la participación de instructores de la OTAN en la planificación de las operaciones del Ejército ucraniano.
No obstante, el ministro ruso expresó escepticismo respecto a la efectividad de la ayuda occidental, recordando ejemplos históricos como la situación en Vietnam del Sur en 1973 y la caída del Afganistán de Ashraf Ghani en manos de los talibanes en 2021, a pesar del apoyo estadounidense.
Sergei apuntó a motivaciones geopolíticas detrás de la ayuda a Ucrania, argumentando que Washington y Bruselas buscan debilitar a Rusia y eliminarla como rival serio en la arena internacional. Lavrov calificó estas acciones como una “guerra híbrida” y acusó a Occidente de utilizar sanciones y tácticas de presión económica para limitar la soberanía y la política exterior independiente de Rusia. Además, Lavrov criticó lo que considera “medidas agresivas” destinadas a agotar las capacidades económicas, tecnológicas y de defensa de Rusia con el objetivo de limitar su influencia global.
En medio de las tensiones en curso, las declaraciones de Lavrov aportan una perspectiva adicional sobre la percepción de Rusia sobre la ayuda occidental y las implicaciones de largo alcance del conflicto en Ucrania en el escenario geopolítico.