El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado la aprobación de un ambicioso plan naval que incluye la construcción de dos nuevos buques de guerra de gran tamaño, los mayores fabricados hasta ahora por el país. El proyecto, según recoge Diario Las Américas, forma parte de una inversión total de 26.000 millones de dólares destinada a reforzar la Armada estadounidense.
Trump realizó el anuncio en una comparecencia en su residencia de Mar-a-Lago, en Florida, acompañado por el secretario de Estado, Marco Rubio; el secretario de Defensa, Pete Hegseth; y el secretario de la Marina, John Phelan. “Es un gran honor como comandante en jefe anunciar que he aprobado un plan para que la Armada comience a construir dos nuevos buques de guerra muy grandes”, afirmó el mandatario.
Según explicó, estos navíos serán “los más rápidos, los más grandes y cien veces más poderosos que cualquier buque de guerra jamás construido”. Trump los definió como buques “de última generación” y aseguró que serán “los barcos de superficie más letales”, inaugurando una nueva clase que se producirá en los próximos años.
El presidente detalló que los buques estarán equipados con cañones, armas láser, capacidad para portar armamento hipersónico e incluso nuclear, además de sistemas de inteligencia artificial. “La inteligencia artificial será un factor fundamental”, subrayó, destacando que contarán con “las armas más modernas del mundo”.
Trump estimó que la construcción de los dos primeros buques llevará alrededor de dos años y medio y avanzó que el plan contempla llegar “rápidamente” a una flota de diez unidades, con un objetivo final de entre 20 y 25 buques. “Cada uno de ellos será el mayor buque de guerra en la historia de nuestro país, e incluso del mundo”, aseguró.
El proyecto incluye también la construcción de tres nuevos portaaviones, destructores y al menos doce submarinos, así como mejoras en los astilleros. Trump defendió la iniciativa por su impacto en el empleo y lanzó un mensaje a la industria de defensa: “No los producen lo suficientemente rápido”, advirtió, anunciando posibles sanciones a las empresas que no cumplan los plazos, al tiempo que aclaró que el plan “no es para China”, pese al refuerzo naval del gigante asiático.