La decimocuarta edición del Festival Internacional de Cine y Memoria Común (FICMEC), celebrada en Nador del 15 al 20 de noviembre, ha dejado una sensación compartida entre organizadores, invitados y participantes: ha sido una edición especialmente brillante. No solo por la calidad cinematográfica, sino por la profundidad humana, cultural y política que ha impregnado cada jornada. Un festival que ya no necesita presentaciones y que confirma su madurez internacional.
La gala inaugural, celebrada en el Hotel Marchica, marcó el tono de todo el festival. Fue una noche elegante y emotiva, con la entrega del Premio Internacional por la Democracia y la Paz al consejero real Omar Azziman, así como diversos homenajes a figuras clave del cine marroquí. El cierre artístico, a cargo del grupo Mujeres Mediterráneas, fusionó flamenco y música tradicional magrebí en una actuación que simbolizó a la perfección el espíritu del FICMEC: diálogo, mestizaje y memoria compartida.
El programa fue mucho más allá del cine. Destacó el coloquio-homenaje a la poeta y princesa kuwaití Souad Al Sabah, con la participación de intelectuales como José Sarria, presidente de la Asociación de Amistad Andaluza Marroquí Foro Ibn Rushd. A ello se sumaron dos intensas jornadas matinales dedicadas a la justicia transicional, con expertos de África, Europa y Oriente Próximo y la presencia de siete ministros de tres continentes, un dato que refuerza la dimensión política y académica del encuentro.

Fiel a su vocación pedagógica, el festival mantuvo encuentros con profesores y alumnos del Instituto Español Lope de Vega, combinando el visionado de cortometrajes con debates que acercan el cine comprometido a las nuevas generaciones. Las veladas culturales se completaron con la presentación de libros, como el de la periodista María Iglesias, ambientado en Nador, o el poemario de Mohamed Hmoudane.
La presencia española fue especialmente relevante, tanto en los jurados, con nombres como Sergio Benvenuto, Margarita Martínez o Carlos Taillefer, como en la selección oficial, con títulos como El 47 de Marcel Barrena, Guerrillero de Joan Gamero o varios cortometrajes destacados. Precisamente El 47 fue uno de los grandes triunfadores, con premios para Eduard Fernández y Clara Segura, recogidos por representantes del Instituto Cervantes de Fez.
Impulsado por el Centro de la Memoria Común, la Democracia y la Paz, presidido por Abdeslam Bouteyeb y Abdeslam Seddiki, el FICMEC continúa ampliando fronteras y lanzando un mensaje firme de paz, tolerancia e interculturalidad en tiempos de incertidumbre global.
La sensación final es clara: misión cumplida y disfrute compartido. Un festival que no solo se ve, se vive. Y que, edición tras edición, demuestra que el cine puede ser una poderosa herramienta de memoria y futuro.