Hay un momento del año en el que uno mira atrás y hace balance. En el terreno de la lectura, 2025 ha sido generoso. Ha habido reencuentros con autores conocidos, descubrimientos inesperados y libros que llegaron sin hacer ruido y se quedaron para siempre. Revisar lo leído no es solo un ejercicio de memoria, también es una forma de entender qué historias nos han acompañado y por qué algunas merecen guardarse más allá del cierre del año.
Estos doce libros destacados no responden a una moda concreta ni a un único género. Hay novelas incómodas, relatos íntimos, historias que atrapan desde la primera página y otras que se disfrutan despacio. Son lecturas que funcionan bien lejos de la rutina, en vacaciones, cuando el tiempo se estira y la cabeza está más abierta. Libros que no exigen prisa, pero sí atención, y que invitan a volver a subrayar, a releer párrafos o simplemente a dejarse llevar.
No todos fueron lecturas fáciles ni necesariamente amables. Algunos incomodan, otros duelen y varios sorprenden justo cuando parecía que ya lo habíamos leído todo. Pero todos tienen algo en común: dejan poso. Y eso, en un año cargado de novedades, no es poca cosa, según el Observador.
Entre esos doce títulos hay uno que abrió el año y se mantuvo firme hasta el final: La invitada, de Emma Cline. Empezó como la primera lectura de enero y terminó consolidándose como una de las más potentes del año. Cline ya había demostrado su talento con Las chicas, una novela que la lanzó directamente al primer plano literario, pero con este segundo libro confirma que no fue un golpe de suerte.
La invitada es una novela incómoda en el mejor sentido. Retrata la desconexión emocional, la falsa sensación de bienestar y las relaciones marcadas por la dependencia económica y afectiva. Todo se construye a partir de una protagonista que deambula por una Long Island apagada, caminando sin rumbo tras ser abandonada por el hombre que la sostenía. No hay grandes giros ni escenas espectaculares, pero sí una mirada afilada sobre la fragilidad contemporánea.
Emma Cline escribe con frialdad aparente y precisión quirúrgica. No juzga, no explica de más y no busca la empatía fácil. Y precisamente ahí está la fuerza del libro. Es de esas novelas que acompañan durante días, incluso después de cerrarlas, y que encajan perfectamente en unas vacaciones tranquilas, donde el silencio también forma parte de la experiencia.
Como La invitada, el resto de libros destacados de 2025 comparten esa capacidad de quedarse contigo. Son lecturas para disfrutar, para llevar en la maleta y, sobre todo, para recordar cuando el año ya ha quedado atrás.