La FIFA ha dado un paso decisivo para cuidar la salud de los futbolistas en un torneo que promete ser uno de los más exigentes de la historia. El Mundial 2026, que recorrerá sedes donde el verano aprieta sin contemplaciones, incorporará una pausa obligatoria de tres minutos en cada tiempo de juego. Este descanso llegará alrededor del minuto 22 y se aplicará de forma fija, sin necesidad de que el árbitro consulte el termómetro. La medida, debatida durante meses y apoyada por entrenadores, directivos y responsables de retransmisión, busca garantizar igualdad y seguridad en todas las condiciones climáticas que presentarán ciudades como Nueva York, Miami, Monterrey o Guadalajara.
Durante la Reunión Mundial de Transmisiones en Washington D. C., el director del torneo, Manolo Zubiría, detalló el alcance del nuevo protocolo. Explicó que, aunque el reloj seguirá corriendo durante la pausa, el tiempo añadido compensará la interrupción. También señaló que los árbitros podrán ajustar el momento del descanso si coincide con una atención médica en el campo. Esta flexibilidad, dijo, permitirá que el espíritu de la norma, proteger al jugador, prevalezca por encima del rigor del minutaje. Las pausas para refrescarse no son nuevas, pero hasta ahora dependían de temperaturas demasiado elevadas. Con este cambio, la FIFA apuesta por un criterio uniforme sustentado en la evidencia médica sobre el desgaste que provoca el calor extremo, según el EXCELSIOR.
El calendario del torneo intentará evitar los escenarios más complicados, moviendo partidos a estadios techados o programándolos en horarios nocturnos. Aun así, habrá momentos críticos: la inauguración en la Ciudad de México será al mediodía, y la final, en Nueva Jersey, comenzará por la tarde. Precisamente por estas variaciones climáticas, la pausa fija se convierte en un recurso clave. Las experiencias recientes, como partidos del Mundial de Clubes disputados a más de 32 grados, dejaron claro que los jugadores necesitaban más protección. Las nuevas normas no solo responden a quejas previas, sino también a un diagnóstico claro: la hidratación ya no es un detalle táctico, sino un elemento de salud fundamental.
Más allá del campo, la decisión tendrá impacto en la operación televisiva. Las pausas establecidas permiten a las cadenas organizar mejor sus bloques comerciales, reduciendo la improvisación y dando estabilidad a la transmisión. La FIFA ya ha comunicado que planea tres ceremonias de apertura simultáneas, en Ciudad de México, Toronto e Inglewood, para una jornada inaugural que marcará un ritmo inédito. Con 104 partidos en 39 días, el Mundial 2026 será más largo y más intenso que nunca. Y estas nuevas pausas de hidratación no solo redefinirán la dinámica de los encuentros, sino que simbolizan una clara intención: proteger a los futbolistas en un entorno cada vez más exigente y, al mismo tiempo, modernizar la experiencia global del torneo.