Fátima Bosch, recién coronada Miss Universo 2025, comenzó oficialmente su nueva etapa al aterrizar en Nueva York, la ciudad que será su hogar durante el próximo año. Su llegada al aeropuerto de Newark estuvo envuelta en emoción: decenas de mexicanos radicados en Nueva Jersey acudieron a recibirla con flores, mariachis y palabras de orgullo. El ambiente festivo sorprendió a la tabasqueña, quien se detuvo pacientemente con todos, tomándose fotografías y agradeciendo cada gesto.
Con una mezcla de cansancio y entusiasmo, la modelo compartió que este recibimiento le recordó “lo afortunada que es de representar a millones de mexicanos en el mundo”. Su presencia en la Gran Manzana marca el inicio de una agenda intensa, con actividades benéficas, apariciones públicas y proyectos sociales que comenzarán a desarrollarse en las próximas semanas.
Aun en medio de la celebración, Bosch no esquivó las preguntas difíciles. Enfrentó las polémicas surgidas tras su coronación con la serenidad que la ha caracterizado. Afirmó que no tiene necesidad de defenderse ante rumores sin fundamento y destacó que su triunfo simboliza un cambio dentro del certamen. “Cuando una persona rompe un molde, rompe un estereotipo”, expresó, subrayando la nueva visión inclusiva de Miss Universo. También reconoció que algunos ataques en redes han sido duros, pero insistió en que se mantiene firme: “Cuando Dios pone un propósito en tu corazón, la adversidad siempre aparece”.
Su primer acto simbólico en Nueva York fue un momento profundamente significativo: la visita a la Catedral de San Patricio, donde participó en una misa organizada por colectivos migrantes. Allí, frente al altar de la Virgen de Guadalupe, Fátima tuvo un instante de recogimiento que muchos interpretaron como una reafirmación de su fe y de su compromiso con la comunidad mexicana en el exterior, según el EXCELSIOR.
Más tarde, en el Consulado General de México, la nueva Miss Universo se reunió con decenas de migrantes que buscaban escuchar sus palabras. Y ella no decepcionó. Con voz firme, reconoció el esfuerzo y el sacrificio de quienes dejan su hogar en busca de oportunidades: “El coraje de dejar donde vives, a tu familia, para buscar nuevas oportunidades merece todo nuestro apoyo y admiración”.
Para Fátima, la migración no es solo un tema mediático, sino una causa personal. Recordó que desde hace años impulsa proyectos de moda que transmiten empatía y apoyo a quienes viven lejos de casa. “La moda también puede ser una voz de empatía y cambio”, dijo, reafirmando que su reinado no solo será de glamour, sino también de propósito.
Con apenas unos días en Nueva York, Fátima Bosch ya ha dejado claro que su corona será una herramienta para amplificar mensajes de unidad, orgullo y esperanza. Su debut no solo marca el inicio de un reinado, sino el de una misión profundamente humana.