Músicos, pero no en la música: La vida del artista inmigrante en Estados Unidos

2 de diciembre de 2025
3 minutos de lectura
Guitarrista. | Fuente: Canva

Muchos artistas descubren que necesitan diversificar sus ingresos o buscar caminos alternativos, también dentro del ámbito educativo

Las redes sociales muestran un mundo brillante, donde cada concierto, cada proyecto, cada logro parece indicar que la música es suficiente para vivir. Fotos de personas sonrientes en el escenario, vídeos de ensayos, anuncios de giras: todo se presenta con entusiasmo y transmite la sensación de éxito. Sin embargo, para los músicos inmigrantes en Estados Unidos, la realidad detrás de esas imágenes es mucho más compleja.

Mantenerse en este país requiere enfrentar gastos inesperados que no existían en nuestros países de origen: renta, transporte, instrumentos de alta calidad, seguros médicos, seguros de auto y una larga lista de otros gastos diarios. Para cubrirlos, tocar en clubes locales o participar en giras breves rara vez es suficiente. La música, por sí sola, no paga todas las cuentas. Muchos artistas descubren que necesitan diversificar sus ingresos o buscar caminos alternativos, también dentro del ámbito educativo, como enseñar en escuelas privadas, donde la demanda de profesores capacitados es alta.

Aprender inglés: la llave que abre puertas

El primer desafío de todo inmigrante es aprender el idioma. Para los músicos, dominar inglés no es opcional. Vivir en zonas donde predomina el español limita enormemente las oportunidades de trabajo y desarrollo profesional. Sin embargo, estar rodeado de un entorno anglosajón obliga a aprender el idioma rápidamente y a adaptarse a nuevas formas de comunicación, fundamentales para interactuar con colegas, instituciones educativas y audiencias.

Contrario al mito, las clases de inglés gratuitas están disponibles en muchas ciudades, incluyendo Miami y Los Ángeles, incluso con horarios flexibles para quienes trabajan durante el día. Yo mismo pude acceder a estas escuelas públicas financiadas por el gobierno. Sí, requiere esfuerzo: trabajar durante la jornada y luego estudiar por la noche. Pero dominar el inglés es un paso imprescindible para poder avanzar. Quien elige permanecer en la comodidad y no aprender el idioma termina limitado a trabajos dentro de comunidades que tampoco se comunican en inglés, cerrando la puerta a oportunidades más amplias.

La competencia en la música es real

“Tengo talento, soy lo mejor en lo que hago” es una frase que muchos nos repetimos. Sin embargo, el mercado estadounidense es feroz y la competencia es intensa. Muchos músicos llegan con títulos académicos y habilidades excepcionales de sus países, pero la falta de certificación local, la ausencia de dominio del inglés o la actitud de esperar que el talento sea suficiente impiden alcanzar sus metas.

Adaptarse implica reconocer que el éxito no depende solo de la capacidad artística, sino también de la disposición para aprender, para educarse nuevamente y para enfrentar las dificultades que surgen al llegar a un país nuevo. Es un proceso que requiere humildad y disciplina: cada clase de inglés, cada certificado obtenido, cada esfuerzo adicional en el estudio de la música o la pedagogía, suma para abrir puertas que de otra manera permanecerían cerradas.

Educación local: una inversión en el futuro

En Estados Unidos, estudiar es posible a cualquier edad y en múltiples niveles. Desde un Bachelor hasta un Master y un Doctorado, las oportunidades académicas existen para quienes se preparan y buscan crecer. Muchos músicos talentosos comienzan trabajando en lo que pueden, pero nunca intentan obtener un título o certificación local, perdiendo una ventaja clave para su desarrollo profesional.

La educación no solo abre puertas laborales; también mantiene la mente activa, el espíritu joven y la capacidad de innovar. Para los inmigrantes residentes, hay becas, ayudas financieras y programas como FAFSA que facilitan acceder a estudios superiores. Buscar conocimiento es una inversión que trasciende lo económico: es la llave que permite soñar y construir un futuro sólido en un entorno competitivo.

El camino es difícil, pero posible

Ser músico inmigrante en Estados Unidos no es solo una cuestión de talento: es un equilibrio entre adaptación cultural, aprendizaje del idioma, preparación académica y trabajo constante. Quien entiende esto y se compromete a recorrer este camino puede no solo sobrevivir, sino prosperar, transformando los desafíos en oportunidades.

El arte y la música no solo requieren habilidad técnica, sino también inteligencia emocional y estratégica. Aprender inglés, obtener certificaciones locales y mantenerse en constante formación son pasos que determinan si un músico logrará integrarse plenamente en la escena artística estadounidense o quedará limitado a roles secundarios.

El tiempo pasará igual para todos. La diferencia está en cómo lo usamos. Caminar, estudiar, adaptarse y perseverar es lo que convierte el sueño de trabajar en la música en Estados Unidos en una realidad tangible, más allá de las fotos y los vídeos que compartimos en redes sociales.

*Por su interés reproducimos este artículo de Yalil Guerra publicado en Diario Las Américas.

No olvides...

Las Colecciones Reales ponen el foco en Victoria Eugenia, símbolo de la modernización monárquica

La muestra, que podrá visitarse hasta el 5 de abril, reúne 350 piezas que permiten seguir de cerca los principales…

Derrickson firma con ‘Black Phone 2’ un oscuro homenaje al terror de los 70

El resultado es una película que no solo continúa la narrativa de los protagonistas, sino que también celebra una forma…

El Jubileo duplica las visitas a la Basílica de San Pedro en Roma

Mostraron los Museos Vaticanos un crecimiento destacado, con un aumento del +10% en rastros digitales y un índice de sentimiento…

Joaquín Sabina pone punto final a su carrera en Madrid: “Es el último concierto de mi vida”

Sabina se marcha de los escenarios, pero deja un legado inmenso. Sus versos seguirán habitando bares, carreteras, casas y almas…