La Inteligencia Artificial ya forma parte de la vida diaria de muchos adolescentes en España. No la ven como una simple herramienta, sino como una compañera que les ofrece claridad y respuestas cuando las necesitan. El informe Así hablamos: las voces de la adolescencia, de Plan International, muestra que muchos jóvenes la describen como “fundamental” o incluso como su “primera fuente de fiabilidad”.
Su uso comienza, sobre todo, en el ámbito académico. Un chico de 15 años explica que le pide resúmenes y consejos para estudiar mejor. Una joven de 17 reconoce que la utiliza cuando no entiende algo en clase y necesita una explicación más clara. Para ellos, la IA reduce la frustración y les permite avanzar sin quedarse bloqueados.
Otros adolescentes van más allá y la consultan cuando tienen que tomar decisiones importantes. Un joven de 17 años explicó que recurrió a la IA para decidir entre Bachillerato o Formación Profesional. La tecnología se convirtió en una guía neutral que le ayudó a valorar sus opciones.
También aparece en su vida personal. La mayoría la utiliza para resolver dudas sobre sus aficiones o intereses. Algunos incluso la ven como una consejera que les orienta en conflictos cotidianos. Una chica de 15 años contó que le pidió ayuda para arreglar un malentendido con una amiga. La respuesta de la IA le dio una perspectiva clara y la situación se solucionó. Aun así, los propios jóvenes dejan claro que esta ayuda nunca reemplaza a las personas. La tecnología les acompaña, pero no sustituye la conexión emocional con amigos o familiares.
Aunque la relación parece positiva y naturalizada, el informe también muestra matices importantes. Las adolescentes, especialmente, expresan preocupaciones sobre el uso indebido de su imagen y el riesgo de contenidos falsos generados con IA. Más del 80% teme la creación de imágenes manipuladas, lo que demuestra que su confianza hacia la tecnología convive con un sentimiento de vulnerabilidad digital. Este contraste entre utilidad y riesgo indica la necesidad de un acompañamiento adecuado.
Los investigadores subrayan que persisten dinámicas tradicionales en temas de igualdad, relaciones afectivas y percepciones sobre el feminismo. Algunos chicos cuestionan el término “feminismo” pese a defender la igualdad, mientras que muchas chicas destacan que las denuncias falsas se usan como argumento para desacreditar el movimiento. En las relaciones de pareja, tanto chicos como chicas todavía justifican actitudes como los celos o ciertas formas de control, especialmente cuando ocurren a través de medios digitales.
Por todo ello, Plan International insiste en reforzar la educación digital en las aulas: no solo para enseñar a usar la tecnología, sino para ayudar a comprenderla críticamente, protegerse de sus riesgos y utilizarla de forma ética y responsable. La IA forma parte del día a día de esta generación y, como señala la organización, escuchar sus voces es el primer paso para ofrecerles un futuro digital más seguro, consciente y humano.