La Consejería de Sanidad ha confirmado que la clínica dental privada de Alzira (Valencia) donde fue atendida la niña de seis años fallecida el pasado jueves no contaba con autorización para realizar técnicas de anestesia ni sedación intravenosa. El departamento autonómico ha precisado que el centro solo tenía permiso “como clínica dental con actividad de odontología-estomatología” y que únicamente podía administrar anestésicos locales. Tras el suceso, el Juzgado de Instrucción número 5 de Alzira ha abierto diligencias para esclarecer los hechos.
El cuerpo de la pequeña Lara fue incinerado en Alzira rodeada de familiares. Los padres han relatado que, tras permanecer cuatro horas en observación en la propia clínica, su hija seguía con síntomas preocupantes como somnolencia, vómitos, dificultad respiratoria y ausencia de respuesta. Señalan que pese a estos signos, “permitieron que la niña se fuera a casa”, algo que ha incrementado la indignación y el desconcierto de la familia.
Una vez en el domicilio, la menor mostró una breve mejoría, pero poco después volvió a decaer y sufrió un empeoramiento crítico. Según el relato de los progenitores recogido por Antena 3 Noticias, la pequeña entró en estado de somnolencia profunda y volvió a tener dificultades para respirar hasta quedar completamente arreactiva. Los padres la trasladaron de urgencia al Hospital Universitario de la Ribera, donde ingresó en parada cardiorrespiratoria y no pudo ser salvada.
La propietaria de la clínica, en declaraciones televisivas, afirmó no entender lo ocurrido y defendió que la niña abandonó la consulta sin signos graves. “No sabemos qué ha podido pasar”, aseguró, insistiendo en que la menor “se fue de aquí aparentemente bien y se empezó a encontrar mal después”. También explicó que el procedimiento realizado consistió en la extracción de dientes de leche y empastes, para lo cual se aplicó sedación para relajación, “no anestesia general”.
Sin embargo, la sedación utilizada ha generado preguntas adicionales. La odontóloga señaló que fue una “sedación intravenosa realizada por el anestesista de la clínica”, un método que, según expertos, no es habitual en este tipo de intervenciones pediátricas. Se recuerda que en algunas comunidades está prohibida y en otras requiere “permiso expreso de las autoridades sanitarias”, lo que vuelve a situar el foco sobre la falta de autorización oficial del centro.
El caso ha provocado conmoción social y ha reabierto el debate sobre la regulación y control sanitario de clínicas privadas que aplican sedación a menores. A la espera de los informes forenses y de la investigación judicial, la Consejeria mantiene su posición: la clínica no estaba autorizada para el tipo de procedimiento aplicado, mientras la familia pide justicia y respuestas ante una muerte que consideran evitable.