El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, pretende que el mandatario ucraniano, Volodímir Zelenski, firme antes del Día de Acción de Gracias —el próximo jueves 27— el plan de paz de 28 puntos en el que trabaja para poner fin a la guerra con Rusia, según ha publicado The Washington Post.
Trump está presionando a Kiev para que respalde la propuesta antes de esa fecha, e incluso ha llegado a amenazar con retirar su apoyo si no la acepta, así como con dejar de compartir información de inteligencia o interrumpir el suministro de armas. Según dos funcionarios citados por el diario, EE UU estaría enviando “señales” a Ucrania de que todo podría quedar en suspenso si no firma en el plazo de una semana.
El plan de 28 puntos del presidente estadounidense, inspirado en el aplicado en la guerra de Gaza, incluye varias líneas rojas para Zelenski. Entre ellas figura la cesión a Rusia de parte del territorio ucraniano. El documento también exige la retirada de las tropas ucranianas de las zonas del Dombás aún bajo su control —las regiones de Lugansk y Donetsk— y establece que, tras la guerra, el Ejército ucraniano no podrá superar los 600.000 efectivos. A cambio, Ucrania recibiría garantías de seguridad frente a una posible futura ofensiva rusa.
Por su parte, Zelenski ha afirmado que su país «se enfrenta a una decisión muy difícil», al tener que decantarse por «perder su dignidad o a un socio clave», después de que en la víspera recibiera de Estados Unidos un plan para intentar resolver la guerra desatada en febrero de 2022 por la invasión de Rusia.
«Este es uno de los momentos más difíciles de nuestra historia. Ahora la presión sobre Ucrania es una de las más fuertes. Ahora Ucrania se enfrenta a una decisión muy difícil: perder su dignidad o un socio clave. Aceptar los difíciles 28 puntos o afrontar un invierno extremadamente duro y otros riesgos», ha declarado en un discurso a la nación.
Zelenski, que ha dicho que Washington espera una respuesta, ha explicado que presentará argumentos, convencerá y ofrecerá «alternativas» pero que no dará «al enemigo motivos para decir» que es Ucrania la que «no desea la paz, la que obstaculiza el proceso y la que no está preparada para la diplomacia».