En la localidad jienense de Lopera, un proyecto de macroinstalaciones solares ha despertado una fuerte oposición vecinal que pronto trascendió lo local para convertirse en un movimiento de alcance internacional. Los habitantes denuncian la amenaza a su paisaje agrícola y a la cultura del olivo, elementos que consideran parte inseparable de su identidad y de su historia colectiva. Aunque sin el apoyo de grandes partidos u organizaciones, la movilización ha sumado decenas de miles de firmas y ha atraído la atención mediática en el extranjero gracias al impulso de la plataforma SOS Rural. Para muchos, la lucha simboliza un pulso desigual entre intereses energéticos y comunidades rurales marginadas.
Junto al impacto paisajístico, los vecinos aseguran haber recibido presiones por parte de la administración autonómica. Antonio Miguel Ruiz, residente en Lopera, relata que se les instó a llegar a acuerdos con la empresa promotora bajo la amenaza de expropiación, lo que generó una profunda sensación de indefensión.
En junio, la protesta cristalizó en una recogida masiva de apoyos: las plataformas SOS Rural y Campiña Norte contra las Megaplantas Solares entregaron en el Parlamento andaluz 108.541 firmas bajo el lema ¡Salvemos los olivos centenarios de Lopera de ser talados para poner placas solares!’
Durante el acto de entrega, Natalia Corbalán, portavoz nacional de SOS Rural, recalcó la importancia de esta campaña ciudadana. “Estas firmas representan el clamor de la sociedad civil española para que los políticos detengan ya, sin excusas, este disparate que supone talar nuestros olivos para beneficiar a unos pocos, a costa del patrimonio natural de todos”, declaró.
El Gobierno de Moreno Bonilla afirma en una carta enviada a SOS Rural que esta iniciativa cuenta con apoyo social y está en consonancia con la le. Frente a ello, SOS Rural asegura que «hay muchos propietarios a quienes les han expropiado forzosamente sus olivos y que esa ley en la que se escuda el Gobierno de Moreno es profundamente inmoral”.
A día de hoy, han conseguido 190.075 firmas y lo que piden es frenar de inmediato los proyectos que contemplan la eliminación de árboles centenarios para dar paso a infraestructuras energéticas.
Los impulsores advierten de que el problema trasciende a Jaén. Según Corbalán, las iniciativas previstas afectan directamente a terrenos de alto valor productivo: “Juan Manuel Moreno Bonilla está especulando con nuestros territorios más fértiles, entregando algo tan valioso como son los agricultores, sus tierras y nuestra soberanía alimentaria”. Estas palabras reflejan la preocupación de los colectivos rurales por un modelo de desarrollo que consideran insostenible.
La portavoz también alerta sobre el impacto a nivel nacional, citando el caso de Murcia, donde la expansión fotovoltaica está modificando el uso del suelo agrícola. “Si se mantiene el ritmo actual, más de 300 km² de suelo agrícola se habrán transformado en parques solares para 2030”, señala, recordando un estudio de la Universidad de Murcia que indica que el 60% de esa superficie corresponde a cultivos de secano.
En su conclusión, insiste: “Es imperativa una organización territorial más rigurosa, apoyada en mapas de idoneidad, que hagan viable compatibilizar los objetivos del Pacto Verde Europeo con la protección del suelo agrícola, el paisaje y el desarrollo rural”.