El Rey Felipe VI aprovechó su intervención en la Asamblea General de la ONU para lanzar un mensaje directo al Gobierno de Israel, al que pidió que “detenga la masacre” en Gaza y ponga fin a las muertes civiles. Subrayó que la comunidad internacional no puede permanecer impasible “ante la devastación”, “ante tantas muertes entre la población civil; o ante la hambruna y el desplazamiento forzoso de cientos de miles de personas”. Su discurso se alineó con la postura oficial del Gobierno español y se centró en la defensa de la vida, la dignidad y el respeto al Derecho Internacional.
El monarca calificó la situación como “actos aberrantes que están en las antípodas de todo lo que representa” Naciones Unidas. Afirmó que estos hechos “repugnan a la conciencia humana y avergüenzan al conjunto de la comunidad internacional”. Aunque no utilizó el término “genocidio”, que sí ha empleado el Ejecutivo español, dejó clara su condena a la violencia desatada en Gaza y su rechazo a la inacción de la comunidad internacional.
Uno de los puntos centrales de su intervención fue la respuesta a las acusaciones de antisemitismo lanzadas por el Gobierno de Benjamin Netanyahu. Felipe VI defendió que “España es un pueblo profundamente orgulloso de sus raíces sefardíes” y recordó la ley de 2015 que permitió a 72.000 descendientes de judíos sefardíes obtener la nacionalidad española. En sus palabras, cuando España habla a Israel, lo hace “a un pueblo de hermanos”.
El Rey explicó que por esa misma cercanía resulta incomprensible lo que ocurre en Gaza: “Por eso nos duele tanto, nos cuesta tanto comprender lo que el Gobierno israelí está haciendo en la Franja de Gaza”. En un tono solemne, elevó su petición a súplica: “Por eso clamamos, imploramos, exigimos: detengan ya esta masacre. No más muertes en nombre de un pueblo tan sabio y tan antiguo, que tanto ha sufrido a lo largo de la historia”.
Al mismo tiempo, Felipe VI quiso dejar claro que España condena “rotundamente el execrable terrorismo de Hamás”, en especial los atentados del 7 de octubre de 2023 contra civiles israelíes, y reconoció el derecho de Israel a defenderse. Sin embargo, matizó que esa defensa debe ajustarse estrictamente al Derecho Internacional Humanitario, aplicable en toda Gaza y Cisjordania. También exigió la llegada inmediata de ayuda humanitaria, un alto el fuego con garantías y la liberación de todos los rehenes que siguen en manos de Hamás.
Finalmente, el monarca apeló a la responsabilidad colectiva para impulsar una solución duradera basada en la convivencia de dos Estados. Afirmó que el creciente reconocimiento de Palestina por parte de los miembros de la ONU “debe ayudar a conseguir una paz regional justa y definitiva”, siempre bajo el cumplimiento de las resoluciones internacionales y el reconocimiento universal del Estado de Israel. Con este llamado, Felipe VI buscó situar a España como un país comprometido con la justicia, la paz y el respeto mutuo entre pueblos históricamente vinculados.