Los incendios que afectan a España y Portugal no solo se ven desde tierra. También son visibles desde el espacio. Los satélites del sistema Copernicus han captado imágenes que muestran la magnitud de la crisis. Densas columnas de humo se elevan desde el noreste de España y el norte de Portugal. El humo viaja kilómetros, siguiendo los vientos dominantes, y se mezcla con las nubes sobre el Atlántico. Parte de ese humo incluso regresa hacia la costa mediterránea española.
El pasado 17 de agosto, la Agencia Espacial Europea (ESA) publicó una imagen que abarca Francia, España y Portugal. Desde el espacio, el panorama es impactante: amplias áreas cubiertas por humo y llamas visibles en varias zonas.
Otra imagen, del 16 de agosto, ofrece detalles más precisos. Una versión en falso color resalta los incendios activos usando infrarrojo de onda corta. La ESA también compartió la misma foto en color real, permitiendo ver de cerca las zonas más afectadas. Estas imágenes muestran la magnitud de los incendios y cómo el humo se desplaza por toda la Península.
Los incendios no solo destruyen bosques y viviendas. También amenazan la vida silvestre, los cultivos y la salud de las personas. La calidad del aire se degrada, y el impacto puede sentirse a kilómetros de distancia. Por ello, estas imágenes satelitales son más que un registro visual: ayudan a entender la gravedad de la situación y a planificar la respuesta.
Los satélites de observación de la Tierra ofrecen una visión única. Desde su órbita, permiten seguir la propagación del fuego y el movimiento del humo en tiempo casi real. Esta información es vital para los equipos de emergencia sobre el terreno. Para apoyar estas labores, se ha activado el Servicio de Cartografía de Emergencias Copernicus. Este servicio utiliza imágenes satelitales y datos geoespaciales para elaborar mapas gratuitos en situaciones de desastre.
Los mapas muestran no solo los focos de incendio, sino también las concentraciones de monóxido de carbono en la atmósfera. Así, las autoridades pueden coordinar mejor sus esfuerzos, planificar la recuperación y anticipar riesgos futuros. Aunque Copernicus Sentinel-2 y Sentinel-3 ofrecen imágenes de alta resolución y cobertura amplia, su valor no está solo en la estética. Es una herramienta que salva vidas, protege ecosistemas y ayuda a mitigar los efectos de una catástrofe que se siente desde el suelo hasta el espacio.
Los incendios en la Península Ibérica recuerdan que, incluso desde kilómetros sobre la Tierra, podemos medir la fuerza del fuego. Y que la tecnología puede ser un aliado decisivo en la lucha contra la destrucción.