Verdugos o víctimas, víctimas o verdugos

27 de julio de 2025
3 minutos de lectura
Pedro Sánchez en el Congreso de los Diputados frente a otros políticos. | Fuente: EP

Nos sentimos pisoteados, mangoneados, empobrecidos, por personajes con muy poca cultura y vergüenza, que además se pavonean ante todos con su cacareada falta de principios

A esos malditos traidores que sin pudor son capaces de mostrarse ante el mundo como víctimas inocentes, y que al ser descubiertos sus manejos a contramano son capaces de negarlo todo sin pestañear con esa contraseña impuesta.

Hoy conocemos a todos esos despiadados seres, se les están derritiendo esas caretas hechas con toda la cera de las velas ya gastadas que quedaron de las procesiones a las que asistían careciendo de toda fe como representantes del pueblo año tras año.

También, cada vez que nos muestran esas comidas o cenas protocolarias donde los candelabros abundan alumbrando esas regias estancias que visitan, siempre representando a sus sufridos ciudadanos, que con la verdad por delante les importan muy poco.

Y degustan los esquistos manjares, algunos sin saborear, solo engullendo mientras desde fuera se les ve totalmente fuera de cualquier protocolo. Sería obligatorio darles clases de modales a todos esos individuos que representarán a los ciudadanos de sus respectivos países.

Muchos los ven tras las pantallas, y a muchos les producen náuseas reconocer esos repugnantes rostros tan denostados por gran parte de los ciudadanos de esos países donde las injusticias y la falta de libertad son parte de sus perversas gobernancias, esas de las que se valen y que solo les sirven para ganar tiempo en el puesto y enriquecerse sin freno.

¿Cómo los anfitriones, siempre por encima de los gobernantes temporales, son capaces de brindar con semejantes representantes?

Algunos se toman al pie de la letra eso de «sacarás más beneficio, si te unes a ellos» como así parece ser y los sientan entorno a la mesa donde se han colocado con esmero toda clase de magníficos adornos, joyas verdaderas de otros tiempos que esos personajes no van a apreciar.

Y caen en picado, sucumbiendo a la avaricia desmedida que les produce el poder, con la garantía que les da un retorcido cerebro de quien se creyó imbatible y les prometió toda la protección aún como imputados en casos graves.

Pero ellos están por encima de la ley y para eso han creado nuevas leyes que pretenden ser salvados por ellas.

Jamás pudieron pensar hasta donde podían llegar esos indecentes representantes que tarde o temprano tendrán que pagar sus malos pasos, esos que les condujeron a cavar su propia fosa.

No existe mayor osadía como la de esos indignos representantes que pretendieron cambiar un régimen ya consolidado y conocido en todos los países por su ganado y reconocido honor.

Todo para convertir a sus ciudadanos en seres sin voz, sin propiedades, sin libertades, solo fieles a unos tiranos maltratadores y fagocitadores de impuestos altos para así ellos poder revolcarse en sus detestables y asquerosos vicios.

Si eso queréis, pues poned el cazo vosotros como los pobres miserables y conformaros con lo que recibiréis por haberos dejado engañar por unos seres, viles improductivos, con odio incrustado en sus retorcidos cerebros.

¡No permitáis que se salgan con la suya! Están manoseando todas las instituciones sin dejar ninguna. Luego se lavarán sus sucias manos, lo negarán todo y pretenderán continuar calentando los sillones de ese poder que han corrompido de lado a lado.

¿Seremos capaces de creer de nuevo en los políticos? Tendrían que someterse a un exhaustivo examen de su vida y obras, situación económica, estudios, familia, etc.

A la situación que vivimos hoy la llaman democracia, sin estremecerse, con una Carta Magna que no se cumple y unos protagonistas que llevan la marca de la deslealtad a su país tatuada en la frente.

Presumen de ser víctimas, siendo los tergiversadores de leyes que actúan como verdugos sobre los intereses de todos los ciudadanos. Todos sufrimos castigos parlamentarios con el liderazgo de este gobierno.

Nos sentimos pisoteados, mangoneados, empobrecidos, por personajes con muy poca cultura y vergüenza, que además se pavonean ante todos con su cacareada falta de principios.

Todos nos estamos convirtiendo en culpables del deterioro que están causando estos desarrapados mentales en nuestra querida patria.

Que no se les ocurra presentarse como víctimas ante los ciudadanos honrados y orgullosos de un país al que están sacrificando por poder y dinero, falseando su gran historia y jactándose de sus indignas proezas.

Somos las víctimas de unos malditos verdugos que se vendieron sin dignidad al enemigo, convirtiéndose todos ellos en unos traidores a su país, y esa acción nunca se perdonará.

ESTÁ MUY CLARO QUIÉNES SON LAS AUTÉNTICAS VÍCTIMAS POR MÁS QUE QUIERAN DISFRAZARLO.

¡¡¡LOS CIUDADANOS ESPAÑOLES!!!!

3 Comments Responder

  1. Siento cada palabra como si fuera un eco de lo que muchos pensamos pero pocos decimos en voz alta. Me indigna ver cómo quienes deberían protegernos se pavonean mientras el pueblo carga con las consecuencias de su ambición. Ojalá algún día la política vuelva a ser un servicio y no un juego de poder a costa de nuestra dignidad.

  2. Claro que somos víctimas Cada día pagamos de todas las formas posibles su abuso de poder Lo triste es que todavía hay quien los defiende y claramente no sé si es por falta de neuronas pues no tiene otra explicación o es que acaso esos viven en los mundos de yupi ? Cuando toquen tierra ya será tarde y son tan culpables como aquellos a los que veneran

  3. Qué bonita es la izquierda cuando habla del pueblo. Nos emocionamos todos. Que si la lucha obrera, que si los de abajo, que si la justicia social… Y luego el dinero público termina en marisquerías, hoteles de lujo, fiestas privadas, p***s y drogas. Porque claro, luchar contra los fachas da mucha sed y algo hay que meterse para aguantar el ritmo revolucionario.

    Los mismos que van de humildes, con la camisa arrugada y el discurso de barrio, acaban con chófer, asesores y cuentas que ni Hacienda entiende. Y si alguien pregunta por la coherencia, te sueltan que “la derecha roba más”. Ah bueno. Pues nada. Roba con conciencia de clase

    Hemos llegado a un punto donde ya no se distingue entre unos y otros. Todos prometen, todos indignan, todos se llenan los bolsillos. Y nosotros, como siempre, a mirar desde abajo mientras se reparten el botín.

    La política ya no está enferma, está muerta. Lo que queda es una farsa bien pagada. Y no, ya no hay solución. Llegamos tarde. Ahora solo queda aplaudir desde la grada… o apagar la tele y empezar a pensar por nosotros mismos..

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