El entrenador del Paris Saint-Germain, Luis Enrique Martínez, salió al paso de la polémica generada tras el pitido final de la final del Mundial de Clubes, disputada en el MetLife Stadium de Nueva Jersey, que terminó con el Chelsea coronado como campeón. El técnico español explicó que su único propósito durante el altercado fue evitar que la tensión se desbordara.
«Al final del partido hay una situación que creo que es totalmente evitable, por parte de todos. Mi objetivo e intención, como siempre, es intentar separar a los jugadores para que no haya más problemas. Hay mucha tensión, mucha presión», aseguró Luis Enrique en la rueda de prensa posterior al encuentro.
El asturiano decidió responder en español cuando se le consultó por el incidente, el cual acaparó buena parte de su intervención ante los medios. Las cámaras lo captaron colocando su mano en el rostro del delantero rival Joao Pedro, aunque posteriormente se los vio dialogando con calma tras la trifulca entre ambos equipos.
«Hay una serie de empujones por parte de mucha gente, que creo que deberíamos evitar entre todos. Mi intención, como siempre, evitar cualquier situación que vaya a mayores. He visto a Maresca recibir empujones, empujar, sé la tensión, nuestra intención es separar. Mi intención es separar a los jugadores para que la situación no vaya a más», subrayó el entrenador del PSG.
Sobre el desarrollo del partido, Luis Enrique reconoció la superioridad del conjunto inglés. «Fue difícil durante los primeros minutos, estaban llenos de energía. Hay personas que critican, no me preocupa, lo fundamental es sacar provecho de las vacaciones. El fútbol es así. Empezaron muy bien, con un alto nivel de presión y presentamos dificultades, intentamos marcar, no lo logramos. Ellos merecieron esta victoria, jugaron muy bien. El Chelsea, lo dije, es un gran equipo», expresó.
Lejos de mostrar resignación, el técnico rechazó el calificativo de “perdedores” para su equipo. «Aquí no hay perdedores, un subcampeón. Perdedores, en la vida, es el que se rinde, que no se levanta, aquí, en el deporte de alto nivel, no hay perdedores. Es muy bonito saber, y se sabe en los momentos delicados, quién está a tu lado y quién no. Tengo una característica desde que era muy joven, puedo caer mejor o no, pero tengo la suerte de caer muy bien a todas las personas que me conocen», afirmó con convicción.
Por último, valoró positivamente el formato del nuevo Mundial de Clubes, pese a la exigencia que impone al calendario. «Es un torneo que nace de la necesidad de saber cuál es el mejor equipo del mundo. Puede convertirse en una competición de muy alto nivel, con la dificultad del calendario. Me ha gustado, no hemos podido ganarla, ha habido un equipo que ha sido mejor en la final», concluyó.