La actriz defiende el cine latino con ‘El jockey’, un viaje sensorial que desafía las normas de Hollywood
La nueva película de Luis Ortega propone una experiencia mística que rompe con los moldes clásicos del relato. Para Úrsula Corberó, el cine estadounidense funciona pero está estancado. La diversidad, dice, ya viene de serie en las plataformas.
La actriz catalana se deja arrastrar por una historia surrealista y sin rumbo definido: “Va de todo y de nada”. Con ‘El jockey’, el director argentino Luis Ortega vuelve a las salas tras el éxito de El ángel, y lo hace con una película que más que contarse, se siente. El protagonista, interpretado por Nahuel Pérez Biscayart, es un jockey accidentado que deambula por Buenos Aires en busca de sí mismo. A su lado, Úrsula Corberó interpreta a una mujer que también está en tránsito, entre la fe, el delirio y la redención.
Adiós a la fórmula
“No hay que entender nada”, sentencia la actriz entre risas, reconociendo que el guion es solo una base sobre la que todo muta. Para Corberó, esta película es también una reflexión sobre el cine que se está haciendo fuera de los márgenes de Hollywood: “Ellos tienen su método, pero el mundo ya es otro”.
‘El jockey’ se estrena en cines el 30 de mayo y promete dividir opiniones. Pero eso es precisamente lo que más seduce a su elenco: que el espectador se convierta en cómplice de una experiencia distinta, sensorial, hipnótica. Una cinta que no se explica: se vive.