Lo que debía ser una elegante despedida en aguas neoyorquinas se convirtió en tragedia. El buque escuela Cuauhtémoc, emblema de la Armada de México, colisionó este domingo por la noche con el Puente de Brooklyn, dejando un saldo de dos marineros muertos y 19 heridos. La embarcación, de 90 metros de eslora y tres mástiles de gran altura, maniobraba por el estrecho canal del East River en plena marea cambiante y con fuertes vientos en contra.
El accidente se produjo hacia las 20:20 h, cuando el navío zarpaba rumbo a Islandia tras haber atracado varios días en el turístico South Street Seaport. En ese instante, la corriente del río aumentó bruscamente, y el barco retrocedió a gran velocidad, estrellándose contra la parte inferior del puente. Testigos captaron en video cómo los mástiles caían como piezas de dominó, sembrando el caos a bordo, según una información publicada en Diario de Yucatán.
La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB, por sus siglas en inglés) ya ha iniciado una investigación. Entre las hipótesis se baraja una retirada prematura del remolcador de escolta, que dejó al Cuauhtémoc vulnerable en un punto crítico de su viraje. También se analizan posibles fallos mecánicos y si se cumplieron los protocolos previos a la salida, como la revisión de hélices y timón.
El historiador naval Sal Mercogliano señaló que las condiciones eran “todo lo que uno no quiere al zarpar en Nueva York: corriente en contra, viento cruzado y retirada temprana del remolcador”. Aun así, valoró que la rigidez del aparejo evitó que los mástiles se precipitaran al agua y destacó la disciplina de la tripulación, que permaneció en posición, lo que salvó muchas vidas.
El accidente ha evocado el reciente caso del MV Dali en Baltimore y ha vuelto a poner sobre la mesa la necesidad de normas portuarias más estrictas para barcos que cruzan infraestructuras clave. Mientras tanto, el buque escuela Cuauhtémoc, orgullo de la Marina mexicana desde 1982, ha quedado temporalmente fuera de servicio y su travesía suspendida.
Desde México, la presidenta Claudia Sheinbaum lamentó los hechos y envió un mensaje de condolencias a los familiares de las víctimas. La estructura del puente, uno de los íconos de Nueva York con 142 años de historia, no ha sufrido daños mayores, aunque el tráfico se interrumpió por precaución durante horas.
A bordo iban 277 tripulantes. Muchos de ellos se convirtieron en improvisados héroes al evitar que el accidente cobrase aún más vidas. Según testigos, algunos marineros colgaban de sus arneses durante minutos angustiosos. La ciudad sigue conmocionada, y las autoridades prometen respuestas. Lo que está claro es que el mar, aún para los barcos más preparados, nunca es predecible.