Hay momentos en los que una se ve obligada a alzar la voz. No por orgullo ni por protagonismo, sino por responsabilidad. Eso fue exactamente lo que hizo Pilar Alegría, ministra de Educación, Formación Profesional y Deportes y también portavoz del Gobierno, después de recibir una avalancha de insultos en redes sociales. En medio del ruido y la violencia verbal, Alegría ha plantado cara al “machismo atronador” que la ha golpeado en los últimos días, exigiendo “condenas sin peros” y sin descartar acudir a la justicia.
Pilar Alegría, visiblemente emocionada: "Nunca había visto tal magnitud de insultos. El domingo por la mañana tuve muchas dudas de cómo responder. Pensé que lo mejor era dejarlo pasar pero hubiera sido una irresponsabilidad no alzar la voz. Me quedo con quienes me han apoyado". pic.twitter.com/QoSzVfOGVx
— El HuffPost (@ElHuffPost) April 15, 2025
«Ante esas situaciones de insultos, de vejaciones, de un machismo absolutamente atronador, lo único que cabe es la condena«, subrayó con firmeza. “Ya basta. Es imperdonable que a las mujeres, especialmente a las mujeres, se nos siga insultando y se nos sigan cuestionando cada día», añadió este martes, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.
Frente a esta situación, no descarta emprender acciones legales. “Voy a pensar y a plantearme si adopto también algún tipo de respuesta o decisión por la vía judicial. Soy consciente que no es sencillo, porque anteriormente lo decía, estamos frente a una catarata de insultos y de injurias, que es verdad, que se esconden tras un anonimato que es tan peligroso. Pero sí, desde luego que lo voy a valorar y lo voy a estudiar», afirmó.
Además, aprovechó para negar “rotundamente” haber tenido conocimiento de los hechos presuntamente ocurridos en el Parador de Teruel, en septiembre de 2020, durante una visita del entonces ministro de Transportes, José Luis Ábalos.
«Desconozco por completo que sucedieran esos hechos que algunos dicen que han sucedido, porque es que además aquí, una de las cosas más graves que estamos viendo es que se genera una noticia que no está contrastada por ningún lado. Claro, o aún les diré más. Hay un comunicado oficial de Paradores del Estado negando categóricamente que se produjeran esos supuestos desperfectos o destrozos que esa noticia aludía», aclaró.
Insistió en que, de haberse producido algo así —y más aún en plena pandemia— ella habría sido la primera en saberlo. Aseguró que no hubo «el más mínimo parte de la Policía Nacional».
Sobre su presencia en el Parador aquella noche, Alegría explicó que estaba allí cumpliendo con sus “obligaciones” como delegada del Gobierno en Aragón, y se remitió a las explicaciones ya dadas el pasado viernes: un relato detallado de movimientos, horarios, facturas y acompañantes durante la visita de Ábalos para ver las obras de la línea férrea Teruel-Valencia.
“No tengo nada que ocultar. Y siempre he defendido que, ante las insidias, la mejor herramienta es la transparencia», afirmó. Sin embargo, lo que ocurrió después fue algo que, según confesó, nunca había experimentado. Tras sus explicaciones, comenzaron a llegarle mensajes como “puta”, “zorra” o “comepollas”.
“Tengo 47 años y llevo ya años en política. Yo nunca, jamás, había visto tal torrencial, tal magnitud de insultos, de vejaciones, fotografías, montajes, acusaciones. Y les tengo que reconocer que, el domingo por la mañana, cuando estaba en mi casa, tuve muchas dudas de cómo operar o de cómo responder a lo que estaba viendo y a lo que estaba recibiendo”, relató con sinceridad.
En un primer momento, pensó en dejarlo pasar. Pero rápidamente entendió que guardar silencio era, en sí mismo, una forma de rendirse. “Pensé, si yo que soy una mujer política, que tengo voz y que mi voz tiene eco, se calla y no denuncia estos hechos, ¿qué mensaje le estoy trasladando sobre todo a esas mujeres y a esas niñas que son víctimas de insultos, de vejaciones, de descalificaciones y que no tienen la fuerza de la voz que yo puedo tener? Y por eso lo denuncié. Y por eso alcé la voz. Porque si no lo hubiera hecho, seguramente no me perdonaría ese ejercicio de irresponsabilidad por mi parte”, confesó.
Finalmente, agradeció la “avalancha de muestras de cariño” y el rechazo hacia este tipo de comportamientos, aunque lamentó que algunos aún intenten matizar su condena. “Hacen la primera parte, el condenar, pero siempre añaden el mismo pero, el sí pero. Y creo, de verdad, que frente a este tipo de actitudes no caben los peros, no caben los titubeos”, sentenció. “Cabeza alta y ni un paso atrás», concluyó.