La Guardia Civil y la Policía Nacional, en el marco de la operación ‘Coinblack-Wendimine’, han detenido en Alicante a seis personas pertenecientes a una organización criminal que habría estafado más de 19 millones de euros en criptomonedas a 208 víctimas mediante vídeos de famosos hechos con inteligencia artificial.
Según ha informado ambos cuerpos en un comunicado, los criminales -de entre 34 y 57 años- utilizaban vídeos de personajes famosos manipulados con inteligencia artificial en los que animaban a invertir en criptomonedas. Posteriormente se hacían pasar por Europol para volver a estafar a quienes habían denunciado los hechos. Entre los detenidos se encuentra la principal cabecilla de la trama que estaba preparando su huida a Dubai.
La organización insertaba en distintas páginas web anuncios a modo de gancho relacionados con inversiones en criptomonedas con personalidades reconocidas. Además, las víctimas no eran escogidas al azar, sino que, a través de algoritmos elegían a aquellas personas cuyo perfil encajaba en lo que los ciberdelincuentes buscaban.
Una vez seleccionaban a sus víctimas, los criminales insertaban campañas publicitarias en esas páginas web o redes sociales donde navegaban los usuarios, y les ofertaban inversiones en criptomonedas con una alta rentabilidad y nula posibilidad de pérdida patrimonial, inversiones que, obviamente, resultaban ser una estafa.
La investigación se ha desarrollado en diferentes localidades de Granada y Alicante. Los agentes han registrado la vivienda de la principal cabecilla de la organización en España y han intervenido numerosos teléfonos móviles, ordenadores, discos duros, un arma simulada y abundante documentación.
Las detenciones se han realizado en las localidades de Alicante, Torrevieja, Santa Pola y Villajoyosa. A los seis detenidos se les imputan los delitos de estafa, blanqueo de capitales y falsedad documental en organización criminal. Fueron puestos a disposición del Juzgado de Instrucción de Guardia de Alicante, siendo decretado el ingreso en prisión provisional de la cabecilla.
Los ciberdelincuentes se ganaban la confianza de las víctimas haciéndose pasar por asesores financieros, y en ocasiones incluso llegando a simular mantener relaciones afectivas. Asimismo, enviaban a los usuarios información falsa a través de webs también fraudulentas con rentabilidades ficticias.
De esta forma, la red criminal animaba a las víctimas a transferir a criptomonedas todo el dinero que tenían en sus cuentas. Cuando estas decidían retirar el dinero que habían invertido, comenzaban las trabas e impedimentos, momento en el que se daban cuenta de que habían sido estafadas.
Pasado un tiempo los ciberdelincuentes volvían a contactar con las víctimas, se hacían pasar por responsables de las inversiones y les confirmaban que el dinero estaba bloqueado, que era posible recuperarlo, pero que para poder desbloquearlo debían realizar un nuevo ingreso, en muchas ocasiones de una importante cantidad.
Las víctimas, que habían denunciado los hechos ante la Guardia Civil o la Policía Nacional, recibían una comunicación de falsos agentes de Europol o falsos abogados del Reino Unido, en la que les indicaban que habían logrado recuperar su dinero y que lo único que faltaba era el abono de los impuestos correspondientes al país donde se encontraba bloqueado. Una vez más y con la creencia de que esa vez sí recuperarían su inversión, accedían al pago de los supuestos impuestos.
La operación, bajo la dirección del Fiscal Delegado de Delitos Tecnológicos de Granada, ha sido llevada a cabo de forma conjunta por el Equipo de Investigación de Delitos Tecnológicos (Edite) de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil de Granada, y por la Unidad contra Redes de Inmigración y Falsedades Documentales (UCRIF- 3) de la Policía Nacional de Alicante. La investigación continúa abierta.