Hoy: 16 de noviembre de 2024
Acapulco sigue sin levantarse de las catástrofes naturales que lo golpearon duramente, A un año del devastador impacto del huracán Otis y tras el reciente paso de la tormenta John. A esta situación se suma el incremento de la violencia en 2024, lo que ha agravado la crisis en la que se encuentra sumido el puerto.
La inseguridad ha permeado todos los niveles de la sociedad. Comerciantes, hoteleros, transportistas y habitantes en general han sufrido los efectos de la violencia y la extorsión. Este año se han registrado un alza alarmante en homicidios dolosos, incluyendo el asesinato de cinco transportistas y múltiples incidentes con camiones incendiados.
Las cifras del Secretariado del Sistema Nacional de Seguridad Pública revelan una escalada sostenida de los asesinatos. De los 443 homicidios registrados en 2021, se pasó a 572 en octubre de este 2024, marcando un aumento que genera alarma entre especialistas e inversionistas. Según estos, la violencia no solo afecta la seguridad, sino que también paraliza la actividad económica, dificultando aún más la recuperación del puerto tras los desastres naturales.
La ciudad arrastra, además, un rezago histórico en infraestructura. Expertos señalan que la falta de mantenimiento en obras hidráulicas y la red de drenaje contribuyen a la crisis de inundaciones. Ricardo Trejo, de la consultora Forecastim, subraya la necesidad de un reordenamiento territorial que permita canalizar recursos públicos y privados para renovar la infraestructura urbana, un desafío monumental en el contexto actual.
Con un panorama que combina desastres naturales, violencia y rezago estructural, Acapulco enfrenta uno de los momentos más críticos de su historia reciente, según informa El Diario de Chihuahua.
Por su parte, Pedro Azcué, CEO de JLL México, advierte que la reconstrucción de Acapulco podría tomar una década más, debido al escaso progreso desde Otis. Aunque inicialmente se calculaba un periodo de cinco años, la realidad muestra un retraso significativo en la recuperación.
Las críticas al gobierno local no se han hecho esperar. Zeferino Torreblanca, exalcalde y exgobernador de Guerrero, calificó la situación como un abandono total. “Es un retrete. Es la realidad. No opera nada. Todo está sucio y la autoridad no puede”, afirmó, cuestionando la capacidad del gobierno para devolver la normalidad al puerto.