Hoy: 14 de noviembre de 2024
El otoño tiene el color de la nostalgia, la belleza tranquila, los tonos serenos que pintan arboledas entre valles y sierras. El otoño es transición, es vida, parada y sueños, es el milagro de la vida que se transforma para regresar intensa y al hacerlo ofrece un espectáculo vibrante que se puede disfrutar en ‘El bosque encantado’, que guarda leyendas de espíritus de la naturaleza.
En ese lugar las hojas colorean el horizonte de tonos dulces y alfombran los caminos cuando caen rendidas desde las ramas dormidas. Y Ahí el agua serpentea cristalina en el arrollo virgen y la niebla blanquea los pasos hasta que el cielo se abre y se ilumina con el calorcito de rayos traviesos que se cuelan entre las copas de castaños, olmos y álamos, de moreras y chopos.
La noche ha dejado un manto húmedo que riega la tierra y las plantas y el paseo se hace placentero mientras la ruta lleva a la fantasía de parajes en los que es fácil encontrarse ciervos y reses bravas. Y aves de señorío, y colibrís y gorriones que adornan de música los pasos del viajero que se encaminan a las cumbres, cerca del cielo azul surcado de nubes de algodón que se mueven despacio camino de otros mundos.
Al bosque encantado se llega desde Polícar (Granada). Al finalizar la recta en dirección Lugros, se toma el camino de tierra que sale a la derecha y, al encontrarnos una verja coronada con dos cabras montesas forjadas en de hierro, tomamos el camino de la izquierda hasta el final. Hay una cancela y una puerta y esa es la que abre el Bosque Encantado, en el paraje Camarate, de Lugros. Solo tenemos que quitar el cerrojo y al entrar volver a cerrarlo otra vez y a empezar a disfrutar de uno de los paisajes vírgenes con más colorido del Parque Nacional de Sierra Nevada en un recorrido de unos 13 kilómetros ida y vuelta desde el pueblo..
El camino se puede hacer a pie hasta llegar al bosque, pero desde el centro de Lugros salen autobuses lanzadera que por poco dinero nos lleva y nos trae. Un día perfecto para disfrutar de los sentidos.