George Orwell: 1984 (Episodio 5) Enemigo del pueblo

ALFONSO PAZOS FERNÁNDEZ

“A una colectividad se le engaña siempre mejor que a un solo hombre” Pio Baroja (1872-1956) Escritor español

Como ya dije en el episodio nº 4, el principio de propaganda del enemigo único de Josehp Goebbels establece que hay que individualizar al adversario en un único enemigo.

Así se viene haciendo desde muy antiguo. Pero para no extenderme mucho tan solo retrocederé 100 años.

En España, los republicanos, el gobierno legalmente constituido y sus socios, unificaron al enemigo del pueblo en la Iglesia Católica y todo lo que representaba. Por ello, en aras a defender el país del enemigo, se quemaron iglesias, se violaron y asesinaron a monjas y sacerdotes, y se le dio el paseíllo hasta la tapia del cementerio a cualquiera que fuera marcado como amigo o colaborador del “enemigo”.

Poco tiempo después, también en España, el Tío Paco (Creo que no se le puede nombrar por su nombre oficial por no se qué ley de memoria) hizo lo mismo. El comunismo, los comunistas y los judeo-masones eran el enemigo del pueblo y por lo tanto los causantes de todas las miserias y desgracias que sacudían el país.

En Alemania, en la época de entreguerras, Adolf Hitler apuntó a los judíos como los causantes de la desgracia alemana, de la hambruna, del paro y de la pobreza.

En USA ser comunista o simplemente que te acusen de serlo, era motivo suficiente para pasarte una larga temporada en la cárcel por constituir un peligro contra la seguridad del Estado.

De hecho, la invasión, tanto de Corea como de Vietnam lo fueron en la lucha contra el enemigo único: el comunismo. No dudaron en mandar a la muerte a cientos de miles de sus compatriotas, casi todos negros y pobres, a una muerte segura en post de la defensa del equilibrio mundial y contra el enemigo único: “el comunismo”.

En Ruanda, ser Tutsi, en el año 1994, constituyó quedar inscrito en el epígrafe de enemigo del pueblo y por lo tanto dando libertad a los Hutus para asesinarte, cortarte los brazos a machetazos y violar y asesinar a las mujeres y niñas, para después arrojar tus restos para que los buitres terminaran el trabajo, y todo ello propiciado por el gobierno belga.

En la novela “1984”, el gobierno legalmente constituido en una dictadura, como la de Adolf Hitler, tenía un enemigo del pueblo llamado Enamnuel Golstein y una vez individualizado recaían sobre él todos los males y desgracias que sufría el país. Y para recordar al pueblo llano quién era el enemigo del pueblo, quién era el causante de todas las desgracias que sufrían, todos los días se emitía por la “telepantalla” los “dos minutos de odio”

Para ir comprendiendo como se fabrica un enemigo del pueblo transcribo unas líneas del libro “1984”:

Golstein era el renegado que desde hacía mucho tiempo (nadie podía recordar cuánto) había sido una de las figuras principales del Partido, casi con la misma importancia que el Gran Hermano, y luego se había dedicado a actividades contrarrevolucionarias, había sido condenado a muerte y se había escapado misteriosamente, desapareciendo para siempre. Los programas de los Dos Minutos de Odio variaban cada día, pero en ninguno de ellos dejaba de ser Golstein el protagonista. Era el traidor por excelencia, el que antes y más que nadie había manchado la pureza del Partido. Todos los subsiguientes crímenes contra el Partido, todos los actos de sabotaje, herejías, desviaciones y traiciones de toda clase procedían directamente de sus enseñanzas.”

¿Les suena de algo? ¿Sí? A mi también. Cuando una horda de gilipollas acosa a un político de derechas en su casa, es libertad de expresión. Cuando el acosado es el coletas y su familia es un delito de lesa humanidad pergeñado por la extrema derecha, por el enemigo del pueblo.

Cuando un líder de VOX es atacado, cuando se le tiran botellas, cuando no se le permite entrar a una universidad, es normal, libertad de expresión y porque van provocando, cuando le pasa a un político de izquierdas o a sus “casas del pueblo” es delito, es un ataque contra la democracia por parte del enemigo del pueblo, la derecha.

Cuando el novio de Ayuso es imputado se le exige la inmediata dimisión, cuando la inmaculada esposa del Amado Líder es investigada, nuestro Gran Hermano se toma cinco días de reflexión para venir a decirnos que esos ataques contra su entorno, contra su mujer, constituyen ataques contra la mismísima democracia por parte del enemigo del pueblo, la derecha y la ultraderecha.

Que sube el paro, culpa de los empresarios, esto es de la derecha. Que baja el paro, ¡Qué buenos somos y qué culito tenemos!

¿Crisis con Argentina? ¿Qué crisis? Milei compadrea con el enemigo del pueblo, por lo tanto, es enemigo del pueblo y se le puede tachar de cualquier cosa, de drogadicto si es necesario.

Individualizar al enemigo. Crear el enemigo del pueblo.

“Lo horrible de los Dos Minutos de Odio no era el que cada uno tuviera que desempeñar allí un papel sino, al contrario, que era absolutamente imposible evitar la participación porque era uno arrastrado irremisiblemente. A los treinta segundos no hacía falta fingir. Un éxtasis de miedo y venganza, un deseo de matar, de torturar, de aplastar rostros con un martillo, parecían recorrer a todos los presentes como una corriente eléctrica convirtiéndole a uno, incluso contra su voluntad, en un loco gesticulador y vociferante. Y sin embargo, la rabia que se sentía era una emoción abstracta e indirecta que podía aplicarse a uno u otro objeto como la llama de la lámpara de soldadura autógena.”

No todos los republicanos violaron y mataron curas y monjas ni quemaron iglesias. No todos los “nacionales” seguidores de Franco (Creo que sí se le puede llamar por su nombre) fusilaron, mataron y torturaron a los republicanos. No todos los alemanes mandaron a los judíos, gitanos y homosexuales a las cámaras de gas.

Tan solo tenemos que recordar la historia para no repetirla. Ahora bien ¿Qué historia vamos a recordar? Lo veremos en el episodio nº 7.