La prescripción diferida de antibióticos es una estrategia eficiente para reducir la resistencia antimicrobiana

3 de febrero de 2024
3 minutos de lectura
Antibióticos, imagen de archivo IFuente: PxHere

El plan utilizado es más seguro que la receta inmediata y es percibida como una herramienta útil por los profesionales en casos de incertidumbre

La prescripción diferida de antibióticos es una estrategia que puede ser útil para reducir el uso inadecuado de estos medicamentos y reducir la resistencia antimicrobiana, según dos nuevos estudios publicados por investigadores del Institut de Recerca Sant Pau y el Centro Cochrane Iberoamericano.

Esta estrategia ha demostrado ser ligeramente más eficiente que la prescripción inmediata y la no prescripción antibiótica y es percibida como una herramienta útil por los profesionales en situaciones de incertidumbre.

Fases del estudio

En el primer estudio, los investigadores realizaron un análisis de coste-efectividad, comparando la prescripción diferida respecto a la prescripción inmediata y la no prescripción de antibióticos. El análisis incluyó datos de un ensayo clínico realizado por el propio grupo de investigadores, mostrando que la prescripción diferida era ligeramente más eficiente que la prescripción inmediata y que la no prescripción de antibiótico.

El doctor Pablo Alonso, director del área de Epidemiología y Salud Pública y Atención Primaria del IR Sant Pau, investigador del Centro Cochrane Iberoamericano e investigador principal de esta línea de trabajo, afirma que “el tratamiento diferido en la población pediátrica mostró resultados ligeramente superiores al resto de estrategias, también cuando se consideraron los costes de las resistencias bacterianas”.

En el segundo estudio, los investigadores exploraron las percepciones y actitudes de los profesionales de atención primaria sobre antibióticos y la prescripción diferida como tratamiento para pacientes adultos con infecciones respiratorias.

El estudio mostró que esta estrategia de prescripción resultaba de utilidad para los profesionales en situaciones de incertidumbre diagnóstica, ofreciendo a los pacientes una red de seguridad a la hora de gestionar su problema de salud y representando una oportunidad para educar a los pacientes sobre el uso adecuado de los antibióticos, otorgándoles una mayor autonomía.

La investigadora Gemma Mas, profesora de la Escuela Universitaria de Enfermería de Sant Pau, coordinadora del Grupo de Investigación en Cuidados Enfermeros y primera firmante de ambos estudios, señala que “la prescripción diferida es utilizada por los profesionales en casos de duda y además, en situaciones muy concretas, como antes del fin de semana en el que el paciente no puede realizar de nuevo una consulta en su centro de Atención Primaria en caso de empeoramiento”. Además, añade que “la prescripción diferida es una oportunidad para educar a la población sobre este tipo de infecciones, los antibióticos y cuando éstos son necesarios”.

Los pacientes, más implicados en su tratamiento

Estos expertos de Sant Pau explican que la prescripción diferida implica que, en los casos en los que el pediatra o médico de familia tiene dudas sobre si la infección es bacteriana o vírica y, por tanto de la necesidad de indicar antibióticos a un paciente en debido a su estado clínico en ese momento, se prescribe una receta y también se explica al paciente o persona responsable la historia natural de la enfermedad y cuándo debería considerarse utilizar la receta.

“Los días que, en principio, el niño o la niña puede estar con estos síntomas y cuáles serían los signos de alarma. Así, los padres o la persona afectada puedan valorar si al cabo de unos días necesita o no utilizar esta receta. Es decir, se les da un consejo estructurado y las pautas de actuación en función de la evolución de la enfermedad”, detalla la doctora Gemma Mas, quien destaca que esta estrategia proporciona una red de seguridad, empodera a los pacientes y educa sobre el uso adecuado de los antibióticos.

“Por ejemplo, ante una otitis, podemos explicar que si después de tres días el enfermo no mejora, o si pasadas 24 horas está mucho peor, es necesario que considere utilizar la receta que le hemos dado”, ha señalado. En este ejemplo, si el niño mejora, se ha evitado el uso innecesario de un antibiótico.

Por su parte, el doctor Pablo Alonso comenta que, aunque la prescripción diferida está solo relativamente implantada en los centros de Atención Primaria en Cataluña, todavía existe margen de mejora. La carencia de especificidad en las guías clínicas y la necesidad de herramientas más detalladas fueron identificadas como áreas de mejora para una implementación más efectiva de esta estrategia.

En resumen, estos expertos destacan que esta estrategia de prescripción diferida “es una estrategia centrada en el paciente, que nos proporciona una gran oportunidad para educarle y empoderarle para la toma de decisiones”.

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