l duelo entre Barça y Atlético en el Spotify Camp Nou fue una de esas noches que recuerdan por qué el fútbol emociona. El conjunto azulgrana, lejos de venirse abajo tras el golpe inicial, construyó una remontada llena de madurez, ritmo y personalidad. El gol rojiblanco, validado tras la revisión del VAR, podría haberle pasado factura a un equipo menos convencido. Pero este Barça, más sólido y confiado en su identidad, reaccionó con una velocidad admirable.
Lamine, Pedri y Raphinha encendieron el motor ofensivo desde el primer instante. Fue precisamente un pase perfecto del canario el que abrió la puerta al empate, con Raphinha superando a Oblak con una mezcla de sangre fría y precisión. A partir de ahí, el partido entró en un intercambio de golpes emocionante, donde el Barça halló más ritmo y más ideas que su rival. Lewandowski tuvo en sus botas un penalti para adelantar a los culés, pero mandó el balón demasiado alto. Pese al error, el equipo no se descompuso, y eso marcó el tono de lo que vendría en la segunda mitad.
El primer acto terminó con un 1-1 justo, fruto de dos equipos valientes, intensos y decididos a imponer su estilo. Pero el Barça transmitía la sensación de tener una marcha más, un punto extra de confianza que acabaría decidiendo el encuentro, según Europa Press.
La segunda parte mostró la versión más completa de los de Hansi Flick. El equipo aumentó su fluidez, encontró espacios por dentro y por fuera, y convirtió su dominio en ocasiones reales. Dani Olmo fue el protagonista del momento clave: cazó un balón suelto en el área para firmar el 2-1, un gol que nacía de minutos de circulación limpia y un Atlético cada vez más desbordado. El golpe en la clavícula que sufrió instantes después obligó a su cambio, pero el tanto dejó un impulso emocional enorme en el grupo.
Aun así, el Atlético apretó como era de esperar. Almada tuvo el empate en una acción increíble, y Joan Garcia volvió a mostrarse decisivo cuando más ardía el choque. El Barça se replegó, defendió con una línea de cinco improvisada y esperó la oportunidad que sabía que llegaría. Y llegó. En el añadido, Marcus Rashford condujo una contra que terminó con un pase perfecto de Balde hacia Ferran Torres, quien no falló en el 90+6’. El 3-1 fue un estallido de alivio, una sentencia merecida para un equipo que mostró ambición, resistencia y esa chispa que distingue a los líderes.
La victoria no solo amplía distancias con el Atlético; envía un mensaje claro a toda LaLiga. Este Barça quiere más y, sobre todo, tiene con qué.