"Me duele el alma de seguir muerto", me dijo Antonio Roldán mientras yo le pedía permiso para sentarme junto a él. Estaban todos alineados en el mismo banco.
"Me duele el alma de seguir muerto", me dijo Antonio Roldán mientras yo le pedía permiso para sentarme junto a él. Estaban todos alineados en el mismo banco. Antonio Roldán, Pedro Sagasta, Julián Segorvi y Matías Cañete.Viejos