Pinchazos telefónicos

El Rey de entonces

Estaba ya en París, en un hotel mínimo que pagaban sin descaro sus amigos. La noche en que murió Oscar Wilde levantó el brazo, como para detener el último golpe, y pidió champán sólo para justificar lo que diría inmediatamente: “He pedido
7 de septiembre de 2023

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